La sanidad asturiana estaría en disposición de cumplir la mayoría de los requisitos o "capacidades" que el Ministerio de Salud ha puesto como condición para iniciar un desconfinamiento. Pero la gran asignatura pendiente, según los médicos, es la detección de todas las personas contagiadas mediante pruebas, un test de estrés para todas las comunidades autónomas. La capacidad de proveer de medidas de protección de forma masiva es otra carencia advertida por los profesionales sanitarios de la región. El Consejo Interterritorial analizará mañana la situación de cada autonomía.
Doblar las camas de UCI. Asturias tenía antes del estallido de la pandemia 102 camas de UCI y podía llegar a 145. En plena crisis sanitaria creció hasta las 204 plazas para críticos con los recursos habilitados y disponibles en centros de la red pública y privada. El Ministerio de Salud exige tener la disponibilidad inmediata, en caso de necesidad, de doblar el número de camas UCI e identificar espacios que permitan un incremento del triple ante un posible rebrote. "En el peor momento se ha llegado a un 70 por ciento de ocupación de las UCI", comenta Antonio Matador, del sindicato médico SIMPA.
La atención primaria, respuesta inmediata al COVID-19. Los centros de salud se convertirán en el nuevo frente contra el coronavirus. Deberán contar con circuitos separados para pacientes ordinarios y para los nuevos contagiados. Los centros de salud deberán contar con protocolos de refuerzo en la aplicación de medidas de protección (distancia social, uso de mascarillas). La Consejería de Salud trabaja desde hace semanas en la habilitación de esos circuitos, tanto en centros de primaria como en hospitales.
Identificar y contener los contagios. Es la condición más difícil de cumplir. El Ministerio exige el diagnóstico de todas las personas sintomáticas con PCR y el aislamiento precoz, así como la identificación de posibles casos de transmisión. El consejero de Salud afirmó ayer que en las próximas semanas se harán en Asturias 7.000 pruebas, entre los test de seroprevalencia y los de las personas mayores que viven en residencias. "Somos la segunda autonomía con más pruebas de PCR", destacó Pablo Fernández, Antonio Matador entiende que harían falta, por un lado, test masivos y, por otro, extender el uso de la mascarilla en la población para minimizar el riesgo de contagio.
