La disponibilidad del material adecuado para trabajar en los distintos servicios del Principado todavía plantea recelos y quejas en personal que tiene especialmente difícil guardar la distancia de seguridad para realizar su labor diaria, como es el caso de los trabajadores de las residencias públicas de mayores. "Hay tareas que por su naturaleza impiden mantener la distancia de un metro con otra persona, como es dar de comer, lavar la boca a un residente o hacer un baño geriátrico, entre otras. Pues a este personal, se le siguen dando mascarillas quirúrgicas por parte del ERA, mientras que las normas de Función Pública, divulgadas ayer para el personal de la Administración General, establecen que para trabajar a menos de un metro son necesarias las máscaras FFP2 sin válvula de exhalación, No se entiende estas diferencias", aseguró Vanesa Riesgo, delegada de USIPA. El coordinador de este sindicato, José Luis González, ha pedido una comisión de seguimiento que compruebe la eficacia de las medidas "porque lo importante es evitar más contagios".
