El 20 de agosto de 1940, hace justo ochenta años, los nazis llevaron a cabo la primera deportación de población civil desde Europa occidental a un campo de concentración. Eran todos ellos españoles, de los cuales veintiocho asturianos.

Cuando, en la primavera de 1940, el Tercer Reich lanzó su ofensiva sobre Francia, residían en el país 140.000 refugiados españoles de la guerra civil. Para los nazis eran, en palabras de Reinhard Heydrich, "gentuza antialemana infestada de comunistas" a quienes había que vigilar y reprimir con la colaboración de Franco y Petain.

En Les Alliers, junto a Angulema, los alemanes concentraron a centenares de refugiados españoles, hombres, mujeres y niños, familias enteras que no habían conseguido pasar a la cercana y más segura "zona libre" controlada por Vichy. Sin ninguna explicación, en la mañana del 20 de agosto soldados de la Wehrmacht les condujeron a la cercana estación de tren y les obligaron a subir a vagones de ganado. Los 927 españoles estaban estupefactos, no entendían qué querían hacer con ellos. Algunos temían que los devolvieran a España, donde les esperaba la represión franquista, otros tenían la esperanza de que los llevasen a la "zona libre" de Francia. Nadie, ni por un momento, podía imaginar el destino terrible que se cernía sobre ellos.

Hacinados, con apenas comida y sin ninguna higiene, el convoy de los 927 españoles vagó durante cuatro días por media Europa hasta llegar en la madrugada del 24 de agosto a la estación de un desconocido pueblo austriaco junto al Danubio: Mauthausen. Ayudados por perros y a empujones, los SS separaron a las mujeres y a los niños menores de 13 años y les obligaron a subir de nuevo a los vagones. Inmediatamente partieron hacia Irún, donde serían entregados a la policía franquista. El resto, 430 hombres y adolescentes, les vieron partir desde el andén y a continuación emprendieron a pie el camino hacia el cercano campo de concentración. De ellos únicamente un puñado llegó a conocer la liberación de Mauthausen en mayo de 1945.

En el primer convoy de deportados civiles desde Europa occidental iban decenas de asturianos, de los que 28 hombres acabaron sufriendo el infierno de Mauthausen: Aurelio Acebal, Modesto Álvarez, Rafael Álvarez, Ataulfo José Arrojo, Emilio Arrojo, Acacio Blas, Manuel Cangas, José Cuervo, Manuel Cueto, Benigno Fernández, Manuel Fernández, Nicasio Fernández, Ramiro Fernández, Robustiano Fernández, Máximo Fierro, José García, José Jarrín, Andrés Marquínez, José Martínez, Manuel Martínez, Marino Martínez, Constantino Muñiz, Belarmino Ramos, Galo Ramos, Manuel Ángel Ramos, Ramón Ríos, Alfonso Sánchez y Ramón Victorero. Solo tres sobrevivieron: Marino Martínez, Galo Ramos y Miguel Ángel Ramos.

Monumento conmemorativo de la deportación de los 927 en la estación de Angulema.

El Grupo de Trabajo "Deportados Asturias" fue creado a inicios de 2020 por descendientes de deportados a campos de concentración e investigadores. Su objetivo es promover el conocimiento de las víctimas asturianas del Holocausto.