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Nochebuena en el camión

Tres transportistas asturianos atrapados en el puerto inglés de Newhaven esperaban ayer por una PCR para volver a casa

“La comida se nos acaba, aquí vamos a pasar las fiestas”. Dos camioneros langreanos atrapados en el Reino Unido nos enseñan su día a día en la cabina

“La comida se nos acaba, aquí vamos a pasar las fiestas”. Dos camioneros langreanos atrapados en el Reino Unido nos enseñan su día a día en la cabina

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“La comida se nos acaba, aquí vamos a pasar las fiestas”. Dos camioneros langreanos atrapados en el Reino Unido nos enseñan su día a día en la cabina Miguel Á. GUTIÉRREZ

Una gran bandera de Asturias adorna la cabina del camión de Chus Braña. Pocas veces el transportista langreano habrá tenido tanta necesidad de sentirse cerca de casa. En los últimos días, ese pequeño habitáculo del vehículo se ha convertido en su dormitorio, su cocina y su sala de estar. Braña y otros dos asturianos –el también langreano Pablo Candanedo y el gijonés Isaac Álvarez– llevan varados desde el lunes en el puerto inglés de Newhaven como consecuencia del cierre de la frontera entre Francia y Reino Unido, que atrapó a miles de camioneros. El bloqueo finalizó en la noche del martes y el paso del canal de la Mancha se retomó ayer, aunque de forma lenta. Los tres transportistas asturianos estaban a última hora de la tarde pendientes de hacerse una PCR para poder embarcar. Si no pueden tomar el ferry de la mañana de hoy, deberán esperar a que se reanuden los servicios el día 26 y pasar las Navidades en el Reino Unido.

Jorge Díaz y Miriam Muñiz.

“Nos han dejado tirados como a perros. Habremos llamado en estos tres días unas cincuenta veces a la Embajada y ni siquiera nos han cogido el teléfono. El abandono ha sido total”, explica Candanedo. El cierre de la frontera –una medida adoptada por el Gobierno galo el domingo para contener la propagación de la nueva cepa de covid-19 detectada en suelo británico– generó una situación caótica, con episodios de tensión, principalmente en Dover.

Los transportistas asturianos recibieron ayer el apoyo de una pareja cántabra residente en Newhaven –Miriam Muñiz y Jorge Díaz, hijo de camionero– que contactó con ellos a través de LA NUEVA ESPAÑA, tras leer la noticia publicada en la edición digital de este diario. “Ya nos quedaban solo algunas latas y algo de embutido, y nos han traído una botella de vino y una tortilla caliente que hemos saboreado como si fuera un centollu”, relataba ayer Braña. “Da gusto encontrar gente así que quiere ayudarte sin conocerte de nada”, añadía Isaac Álvarez: “Nos han ofrecido ir a su casa para descansar y asearnos”.

Quizá no sea necesario. Tras días de espera, los asturianos estaban ayer a la espera de poder hacerse una PCR, después de que se trasladasen al puerto varios sanitarios británicos. “No creo que podamos coger el barco de la noche de hoy, pero esperamos poder tomar el de mañana (por hoy) si todo va bien, porque luego ya no hay otro hasta el día 26”. En el mejor de los casos, aunque estén en ruta a lo largo del día de hoy, deberán pasar la Nochebuena en el camión porque, sumando las paradas de descanso, tienen 28 horas de viaje hasta Asturias. Si las PCR tardan y deben quedarse en Newhaven, tendrán un plato a la mesa en casa del matrimonio cántabro. “Pueden venir a cenar en Nochebuena y lo que necesiten. Faltaría más”, sentenció Miriam Muñiz.

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