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El año de la pandemia, fatídico para el teatro: 620 funciones menos en la escena asturiana

Los creadores piden “aportación económica” para sacar adelante las setenta compañías regionales y el centenar largo de personas que viven de ellas

“Higiénico Papel”, con “De sastres”, ayer en la Laboral. | Juan Plaza

El año 2020 pasará a la historia del teatro regional como el de la mayor merma de las funciones que se han representado en Asturias en los últimos años. “Ha sido una caída impresionante: de las 1.527 funciones que tuvimos en 2019 en este año pandémico pasamos a apenas 907, es decir, 620 menos”. El dato lo daba ayer en Gijón Boni Ortiz, en la presentación del Anuario de las Artes Escénicas del Principado aprovechando la celebración de la Feria de Teatro para Niños y Niñas, Feten. Un descalabro que deja tras de sí “un panorama desolador”.

De las representaciones del año pasado, 575 fueron de compañías asturianas, frente a las 1.049 del pasado año. Más datos negativos: solamente 124 fueron de grupos amateur, frente a las 470 representaciones del año 2029. Los estrenos de las compañías también se redujeron, y la imaginación manda, con formatos que se han debido reinventar para abaratar costes.

Tal y como recoge el anuario, los repartos amplios han desaparecido de los repertorios, y las funciones de formato pequeño, con un actor o dos en escena, han supuesto el 74 por ciento de las representaciones. Para Ortiz, lo que más llama la atención es “la importantísima reducción de la actividad amateur por la edad de riesgo de la mayoría de sus componentes”.

Ha sido un año de números pésimos, pero también hay espacio para la esperanza. “Hay gestos y decisiones de las administraciones que muestran un cambio de actitud, como el pago de las funciones que se suspendieron o la elaboración de algunos planes de choque con programas de verano al aire libre en varios concejos asturianos”.

Una medida que, como sostiene Boni Ortiz, debe incitar a “una reflexión conjunta a partir de ahora; no podemos dejar de lado a las 70 compañías que trabajan en Asturias en la actualidad, y de las que depende el trabajo directo de más de cien personas”. Por eso, “es necesario ordenar el sector, darle sentido, estabilidad y proyección”, pensando también en que “cada año salen nuevos profesionales de la Escuela Superior de Arte Dramático”. Y para ello, “podría haber compañías residentes en centros municipales, crear un Centro Dramático Asturiano, y dotación económica”. Para que “la escena no se apague”.

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