Empezamos huyendo al principio de “Tarada” (Carolina Sarmiento, editorial Pez de Plata). Nada mejor que una buena fuga para abrir bocas, o cerrarlas, y mejor si es en pijama. El sol estorba. El sol oscurece como un premio literario a una mujer que ama los mapas. No hay nada mejor que un mapa para perderse. Los túneles siempre te salen al paso cuando más te lo esperas. Conviene cruzarlos cuando antes. “El beso de tinta paraliza”. Cuidado con tatuarse uno porque luego no hay forma de desprenderlo de la piel. El sopor es un ojo vago que observa las memorias de los abuelos con cierta piedad. Es bueno tener abuelos así, que se desangran entre los pliegues de las hojas en blanco. Leer, escribir, fardar de soledad. Fuera novios por interés, a ver si llega un amor auténtico. ¿Existen? Qué amigas más plastas, la vida es como plastilina cuando no sabes qué hacer con ella. Sabemos de la protagonista que: “Huyo con lo que llevo puesto. Nada más. Simplemente huyo”. Algo es algo.

La carretera impone sus leyes. “Debo de ser la única conductora del mundo que se marea al volante”. Mal vamos. Quizá sea herencia de un abuelo al que dieron por muerto en la guerra. Malherido. Cunetas y sábanas rotas. Cortarse el pelo es necesario. Mucho. Mucho. Mucho. Leunam y Ammé: una historia de humor. Sin sujetador se explora mejor. “Yo casi no sabía dónde estaba y mucho menos hacia dónde iba”. Vivan las confusiones, lo aclaran todo. A mayor velocidad en la huida, más expectativas de ventas. El sudor, cuanto más frío, más quema. La compañía de un perro siempre es bienvenida. Como una Alicia desmadrada, nuestra protagonista visita entrañas y rompe relojes. Pronóstico reservado. Esto pinta mal. Sarmiento lo describe muy bien. Trabajos menores, menores con problemas testiculares. Manda huevos.

La literatura del cero no limpia, emborrona y provoca naufragios hacia dentro: Corre, “Tarada”, corre

Sueños reveladores. Y desveladores. La ira de las uvas y cuánto cuesta ir cuesta abajo. Apártese de la vía o circule. ¿De la vía o de la vida? La ira de las uves. ¿Por qué el mundo es tan complejo? “Es una tarada”. Y el alma se amartilla. Hagan fuego, señores. Prisiones y presiones. Menos mal (papel y lápiz, por favor) que nos queda el Cuaderno Mágico. Hadas, hechizos y bilis. Arcoiris que sonríen. La literatura del cero no limpia, emborrona y provoca naufragios hacia dentro: Corre, “Tarada”, corre. O mejor aún: vuela.