Partiendo de una espectacular e impactante recreación del accidente del vuelo 052 de Avianca, el Centro Niemeyer acogió ayer la representación de la obra “Volar es humano, aterrizar es divino”, con guion, producción y dirección de Enrique Piñeyro (en la foto). La obra hace reflexionar sobre cómo se ha construido el miedo a los aviones con la recreación de una cabina de Boeing 737-200 y un juego de proyecciones que convierten el escenario en un vuelo.