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Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX)

“Necesitamos más sostenibilidad y no vivir tanto con vértigo”, reclaman los directores

“En España muy pocos pueden llegar a rodar una película cada dos años”, explica Juan Vicente Córdoba, presidente de la asociación Acción

María Pérez y Samu Fuentes, en la Escuela de Comercio. | Juan Plaza

¿Cómo y de qué viven los directores”. La pregunta la lanza Juan Vicente Córdoba, presidente de la asociación Acción, que engloba a casi dos centenares de directores de cine para pelear sus demandas. “Necesitamos más sostenibilidad y no vivir con tanto vértigo”, destaca Córdoba, tras presentar un dato. “Un estudio indica que un director europeo hace 1,6 películas en siete años, y una directora sale a 1,4. Es muy poco”, añadió, antes de transmitir que “en España son muy escasas las personas que viven realmente de este oficio, los que pueden llegar a rodar una película cada dos años”.

Esta asociación afronta ahora unos meses claves, en los que tiene una serie de reivindicaciones en el aire. “Se está dirimiendo en el gobierno la firma en el Congreso de la Ley de comunicación audiovisual, la Ley de propiedad actual y la modificación de la Ley de cine. Estamos unidos para pelear estas vías abiertas”, reconoce Córdoba.

Tres directores –un asturiano, una extremeña y un argentino– analizan los privilegios y las desventajas del oficio de director. Abre fuego Samu Fuentes, que también es profesor, y que se encuentra rodando “Los últimos pastores”. “Es complicado vivir solo del cine, incluso viviendo en Madrid o Barcelona. En Asturias, hay que compaginarlo con otras cosas”, relata. Fuentes lleva casi dos décadas en el cine. “Antes de empezar a rodar trabajé mucho como auxiliar y ayudante. En los rodajes se pasan muchas horas, se gana dinero y se cotiza. Aprendes y ahorras. Pero el que se dedica esto tiene que saber vivir en el alambre, se necesita cabeza para los momentos en los que no se trabaja, por lo que hay que dosificar la época en la que hay ingresos”.

Samu Fuentes destaca una de las labores que considera más duras. “He tenido películas de pelear siete años para sacar adelante el proyecto”, indica. Aunque añade la satisfacción que le produce su profesión: “Estoy trabajando en algo que me gusta e ilusiona, pero hay que ser consciente en Asturias de vivir de ser director”.

Juan Vicente Córdoba, presidente de Acción. | Juan Plaza

¿Y que sacrificios conlleva? “Tuve la suerte de que la mayoría de los rodajes los tuve aquí. Pero es un mundo en el que se pasa mucho tiempo fuera, sin ver a los hijos, y sí que notas que existe añoranza, y sin los lazos no son fuertes se pueden romper”, detalla.

María Pérez, directora de “Karen”, natural de Plasencia, regresó a España hace ocho años tras una aventura en Bruselas para rodar su primer largometraje. En su caso ser directora de cine le impide plantearse un escenario en su vida personal. “Dedicarte a lo que amas es maravilloso, no soportaría la rutina de ir a la oficina, es algo que no ansío, pero en mi caso me estoy perdiendo la maternidad: me resulta materialmente imposible esa idea dedicándome a esto”.

Mi última película habla de Karen Blixen y hace una visión no idealizada de sus años en África un poco perjudicada. Y me imagino a mí un poco así, llevándome mi propia contabilidad de autónomos, sufriendo con las burocracias o las facturas que no se cobran”, añade. “Hay que tener una gran capacidad para llevarlo todo”, subraya.

La cineasta extremeña mantiene sus ganas de crear con nuevos proyectos para el futuro. “Este verano rodé una película corta sobre la infancia de Santa Teresa de Jesús y a la vez estoy desarrollando mi próximo largometraje”, indica.

Desde Argentina llegó ayer a Gijón Lisandro Alonso. “Llevo casi 20 años subiéndome a un avión, con un viaje mínimo de 12 horas”, detalla. “A veces te pierdes cosas de la vida cotidiana de la familia, pero soy un afortunado de hacer lo que me gusta y conocer experiencias muy ricas de la cultura”, explica sobre su experiencia personal como director.

En su caso resalta la importancia de intercambiar sensaciones: “Es bonito poder viajar y hacer amigos por el mundo”. Y añade que no se arrepiente de su decisión de dedicarse al cine: “Hace años hubo una explosión, en Argentina, en este mundo, las energías que tengo ahora no son las mismas, soy más selectivo, pero tengo la misma pasión”.

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