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Santiago Serrate dirigirá esta semana la Sinfónica de Asturias: “Hay que reivindicar y exportar la música de Arriaga”

La OSPA interpreta este jueves en Gijón y el viernes en Oviedo la “Sinfonía para gran orquesta”

Santiago Serrate. | Irma Collín

La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) programa esta semana en su ciclo de abono de Oviedo y Gijón la “Sinfonía para gran orquesta” del compositor español Juan Crisóstomo Arriaga, popularmente conocido como “el Mozart español”, y el “Stabat mater” de Giovanni Battista Pergolesi, en el que intervendrán como solistas la soprano María Espada y la mezzo Frederica Carneval. El concierto en el Teatro Jovellanos será mañana jueves 20 a las 20 horas y el viernes 21 a la misma hora en el Auditorio de Oviedo, y contará con el patrocinio de LA NUEVA ESPAÑA. El director catalán Santiago Serrate, que colaboró con la OSPA en anteriores ciclos y en el estreno de la ópera “Fuenteovejuna”, de Jorge Muñiz en el Teatro Campoamor, se hace cargo de este programa en sustitución del director Carlos Mena, que ha tenido que cancelar por indisposición.

“Vidas fugaces”, el título de este programa, es para Serrate aunar “dos compositores que tuvieron una vida muy corta pero muy intensa”. Destaca de Arriaga “el talento melódico, muy latino. Lleno de frescura y de juventud” en su música. Algunas dificultades a la hora de interpretar sus obras vienen por la pérdida de algunas de ellas, aunque Serrate tiene claro que “Arriaga es un músico español que hay que reivindicar, programar y exportar”, afirma. “A veces atendemos más a compositores extranjeros y nos cuidamos poco. En general, los españoles somos poco cuidadosos con nuestro patrimonio y también a la hora de programarlo”. Desde su punto de vista, es importante valorar las iniciativas, “como esta de la OSPA”, donde se “pueda escuchar la música de Arriaga”.

El “Stabat Mater” de Pergolesi “es una obra con un mensaje universal, muy desgarradora en el sentido más amplio del término, seamos o no creyentes, porque lo más duro para unos padres es enterrar a un hijo”, explica. “Ese sentimiento de pérdida y muerte pasa muy bien a la partitura de Pergolesi, hasta el punto de que ensayando se me ponía la carne de gallina”.

Programar estas dos obras, que exigen una plantilla orquestal reducida implica para Serrate “un compromiso”, especialmente cuando la música de Pergolesi se interpreta mayoritariamente con instrumentos de época y bajo criterios de interpretación históricamente informada. En cuanto a esto, Serrate asegura que lo primero “es encontrar el buen gusto, y adecuar la articulación al texto y a las dos cantantes” que tiene esta obra. “Lo que manda siempre es el texto”, enfatiza. La OSPA tocará con instrumentos modernos, “buscando imitar la articulación y la sonoridad de las cantantes. Lo importante es llegar a un compromiso entre todas las partes”.

Es este un programa “atrevido, valiente, nada habitual de encontrar en orquestas como la OSPA, con una plantilla de músicos tan extensa”, apunta Serrate. “Es una música muy transparente. Es como hacer una radiografía musical para todo el mundo, bien sean cantantes o instrumentistas, e incluso para el propio director”.

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