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El mirador de Texeo, en Riosa, más cerca de convertirse en "Edificio del año"

La intervención de 2015 de Zon-e Arquitectos, con el asturiano Nacho Ruiz Allen, llega a las votaciones para entrar en la final de los prestigiosos galardones de ArchDaily

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Las espectaculares imágenes del mirador de Texeo, en Riosa, candidato a convertirse en "Edificio del año"

“Cuando uno interviene en un paisaje como el de Asturias tiene el noventa por ciento hecho, y lo que pretendes es pasar a formar parte de él, desaparecer”. Nacho Ruiz Allen (Oviedo, 1975) parece que había logrado ese sigilo y mimetismo arquitectónico en el mirador que proyectó junto a su socio Jose Antonio Esquiroz (Zon-E arquitectos) en Texeo, Riosa. Hasta ahora. La prestigiosa plataforma internacional ArchDaily acaba de dar bombo y publicidad a la obra tras meterlo en la lista de los candidatos a “Edificio del año” (“Building of the year”) en la categoría de “instalaciones y pequeña escala”. El plazo para votar por él acaba el 8 de febrero, con opción, después, de pasar a la fase de 5 finalistas de la que saldrá el ganador a mediados de mes.

Desde 2015, cuando se diseñó y se ejecutó, ni Ruiz Allen ni Esquiroz habían hecho nada por difundir aquel pequeño proyecto que les llegó de la mano de la empresa de restauración ambiental Congeo. El Ayuntamiento de Riosa había encargado a esta firma adecentar la entrada de la mina y ejecutar el mirador. “Bajo ese paraguas”, explica Ruiz Allen desde Dinamarca, a punto de regresar a España tras seis años de experiencia escandinava, “quisimos recuperar de una manera actual una mirada al pasado, con una pasarela que sigue el trazado por el que iban las vagonetas y se encarama sobre el muro de hormigón donde volcaban los materiales a la planta de tratamiento”. El proyecto era esencial pero no sencillo. Había que hacerlo rápido, con el mínimo presupuesto y pensado para durar sin casi mantenimiento. La caminata de media hora desde el pueblo de Llano por una pista de tierra solo apta para todoterrenos lo complicaba más. Todo ello condicionó la elección de materiales “mínimos y duraderos”. “Nos decidimos por la chapa de acero corten porque envejece bien y rápidamente pasa a formar parte del paisaje, y para el suelo reciclamos traviesas de las vías del tren. Básicamente, con esos dos materiales, se trataba de conseguir algo que encajara de modo amable con el lugar, que formara parte del paisaje, que no fuera un contraste”.

Los trabajos para la construcción del mirador, en 2015. FERNANDO GEIJO

Ahora que el Ayuntamiento de Riosa estudia la descontaminación de los terrenos para la reconversión de todo el viejo conjunto minero en área recreativa, el mirador mantiene su diálogo mínimo, en susurro, con la sierra del Aramo y con un entorno horadado por la mano del hombre desde hace al menos 4.500 años. Un gran marco remata el mirador, enmarcando el paisaje y aportando en el antepecho (otra idea para combatir el habitual deterioro de los paneles informativos) información sobre los distintos elementos de la mina, grabados en el acero.

Tanto disimulo por no interferir ni con el paisaje ni con la naturaleza convirtió el mirador de Texeo en un proyecto “escondido” para sus arquitectos , y por eso el camino hasta encaramarse a la final de los “Building of the Year” 2022 de ArchDaily resulta más singular. Esta plataforma internacional selecciona sus candidatos entre los proyectos de arquitectura que ha ido publicando a lo largo del año anterior. El mirador de Texeo apareció en el portal de ArchDaily en 2021, pero ninguno de sus autores lo había enviado a la publicación. Cuentan que en su día se publicó en una revista italiana y creen que fue gracias a las fotografías que encargaron a Miguel de Guzmán como debió aterrizar en ArchDaily. Esas imágenes sí habían tenido cierta difusión porque habían estado expuestas en una exposición de la embajada española en Tokio.

Uno de los bocetos del diseño del mirador. Zon-e Arquitectos.

Esta no es la primera vez que el arquitecto ovetense opta a un reconocimiento por su trabajo con las cuencas mineras asturianas. En la misma época en que ejecutaba el mirador de Texeo, Ruiz Allen y su pareja, Sara López Arraiza, elaboraron el libro que creció en exposición “Aprendiendo de las Cuencas”, y que acabó recibiendo el premio Europa Nostra en Oslo. Afincado durante los últimos seis años en Dinamarca, Allen prepara ahora su regreso a Asturias, con algunos proyectos en la recámara a los que sigue vinculado, como el de la pasarela entre estaciones de Oviedo, y la voluntad de poder trabajar aquí la mirada arquitectónica en el medio natural. “Es lo que quiero hacer en el futuro, porque el paisaje de Asturias es la leche”.

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