La última bala que les queda a los defensores de que la Escuela de Minas se quede en Oviedo y no ponga rumbo al campus de Barredo, en Mieres, la gastarán en el Consejo Social, uno de los últimos escollos que debe superar el plan de reordenación académica propuesto por el Rectorado de Ignacio Villaverde, en el que se incluye la mudanza de los estudios mineros. El Ayuntamiento, la dirección de la Escuela y un grupo de antiguos alumnos del centro intentarán hacer presión para influir en la decisión de este órgano en el que están representados el Gobierno regional, la patronal (FADE) y los sindicatos UGT y CC OO. El alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, aseguró ayer que “el Rector todavía tiene margen para rectificar”. “Falta, además, la decisión del Consejo Social, donde hay personas sensatas que estoy seguro no están a favor de generar un conflicto institucional de primer orden por una decisión del Rectorado, cuando la Universidad debe estar para unir y no para separar y fomentar la confrontación política e institucional”, afirmó.
Misma tesis comparten los antiguos estudiantes de Minas agrupados entorno a lo que han denominado como un “Think tank” (una asociación para buscar una solución a la Escuela) y del que la principal cabeza visible es Juan José del Campo, exdirectivo de grandes empresas industriales de la región. Califica la mudanza de “sin sentido” y de un “proceso político y sindical para dar contenido a un campus (el de Mieres) que está sobredimensionado y sin contenido”. El plan del Rector se someterá este viernes al escrutinio del Consejo de Gobierno de la Universidad de Oviedo. Pero, en este órgano, los defensores de la Escuela aseguran que la batalla está perdida. Ven, no obstante, un hilo de esperanza en el Consejo Social que debería convocarse a lo largo de mayo. “Es el último eslabón, sus miembros tienen una alta responsabilidad y lo que nos queda desde la sociedad civil es tratar de hacerles ver que el traslado a Mieres de la Escuela es un error”, señalan. Este organismo, que preside Juan Antonio Pérez Simón, tiene funciones de vigilancia y el poder suficiente como para poder echar para atrás los planes del Rector, si la parte contraria consigue reunir los suficientes apoyos. La última bala.
El alcalde ovetense, Alfredo Canteli, asegura que si falla la estrategia del Consejo Social aún quedaría un último intento. “Confío en que el Principado, que es quien va a financiar este costoso plan, imponga la razón y respete el derecho de Oviedo y de los ovetenses. Los mayores esfuerzos de la Universidad, de Oviedo y del Principado deberían estar puestos en desarrollar el campus de El Cristo y no en gastar los pocos recursos que existen en agraviar a la ciudad”. Y añadió: “El campus de Mieres no se potencia quitándole Minas a Oviedo, sino poniendo en marcha nuevos grados que, además de aportar actividad a este Politécnico, den respuestas a las nuevas necesidades de la sociedad y de la economía asturiana”.
En una línea muy similar, el primer teniente de alcalde, Nacho Cuesta, aseguró que “los responsables de la Universidad de Oviedo no deberían tirar piedras contra su propio tejado. La sustracción de Minas de nuestra ciudad es todo menos estratégica y sólo va a abocar a una segura desaparición de dicha titulación”. A su entender el rechazo contra la mudanza es “mayoritario”.
La dirección de la Escuela de Minas lamentó que –a falta de hacer unos análisis más exhaustivo– el equipo rectoral no haya tenido en cuenta ninguna de sus alegaciones. El director del centro, Francisco Javier Iglesias, reconoce que la lucha para evitar el traslado está ya “muy complicada”. La Escuela también hará presión para que desde el Consejo Social intenten echar abajo el traslado. “Trataremos de buscar apoyos y hacérselos llegar a los miembros de este organismo”, asegura. Buscan hacer piña e intentarán enseñar músculo.
Lo mismo piensa hacer el “Think tank” de antiguos estudiantes, que esperan que el Consejo Social rectifique, así como el Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste que también se ha posicionado en contra del traslado de la Escuela a Barredo.
El Rector dice que Minas se quedó sola en su negativa a irse a Barredo
El rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, volvió a asegurar ayer que su equipo se siente respaldado para seguir adelante con su plan de trasladar Minas a Mieres. “Salvo los directamente interesados –dijo–, nadie en el periodo de información pública y tampoco en el claustro salió a defender o a proponer una alternativa”. En consecuencia, añadió, “entendemos que la comunidad académica está de acuerdo con nuestra propuesta y creo que es nuestra responsabilidad llevarla tal cual al Consejo de Gobierno” del próximo viernes.
Villaverde no quiso dar de momento plazos sobre el movimiento de los estudios mineros al campus de Barredo, aunque hace meses garantizó que se haría en este mandato. “Lo primero es aprobar el plan; cuando lo esté, haremos un estudio en detalle de cuándo y cómo hacerlo. Ahora es prematuro”, dijo. El Rector afirmó sentirse “contento” por la “intensa” participación en el proceso y destacó que “buena parte” de las propuestas hechas se han incluido. Sobre el grado de Geomática precisó que nunca se propuso su supresión, sino que se advirtió su situación “crítica”: “Nos damos un margen para estudiar esta titulación e intentar que coja velocidad”.
