"¡Un poco no engorda!"

Los maestros confiteros y los expertos en vida sana animan a disfrutar sin remordimientos del roscón de Reyes, el último pecadillo dulce de la Navidad

Carmen Nieto repone los roscones en el escaparate de la confitería Ovetus de la calle Uría de Oviedo. | Irma Collín

Carmen Nieto repone los roscones en el escaparate de la confitería Ovetus de la calle Uría de Oviedo. | Irma Collín / IRMA COLLIN

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Imposible calcular cuántos roscones de Reyes se han vendido estos días en confiterías, panaderías y supermercados. Para que nos podamos hacer una idea del éxito del último pecado dulce de las Navidades, Carmen Nieto Sánchez, dependienta de la pastelería Ovetus, en plena calle Uría de Oviedo, cuenta que ayer, desde las nueve de la mañana en que abrieron la puerta, hasta el cierre, bien entrada la noche, las cuatro personas que atienden el mostrador estuvieron despachando roscones a destajo. Los maestros confiteros y los expertos en vida sana coinciden en que este no es momento para remordimientos, que se puede disfrutar equilibradamente del roscón y, por extensión, de cualquiera de los placeres culinarios navideños, y que lo importante es mantener hábitos saludables durante toda la vida.

Sofía Buylla, en su estudio de pilates en el centro de Oviedo, compatibilizando el roscón de Reyes y el ejercicio

Sofía Buylla, en su estudio de pilates en el centro de Oviedo, compatibilizando el roscón de Reyes y el ejercicio / IRMA COLLIN

"¡Un poco no engorda!", promete Carmen Nieto Sánchez, que opina que lo importante es llevarse a casa un producto de calidad, realizado con buenas materias primas, sin conservantes ni colorantes y recién sacado del obrador. Los que se venden en su establecimientos están "ricos y calientes", garantiza. Este año los han enviado hasta Canarias y a Andalucía. Dice que en Oviedo los que más gustan, con diferencia, son los de hojaldre relleno de almendra, que lo mismo te arreglan el desayuno que el postre de la comida principal.

Sofía Buylla, propietaria del estudio Balance Pilates, en el centro de Oviedo, asegura que "manteniendo el equilibrio se puede comer de todo". Es lo que ella hace y admite que, como la inmensa mayoría de la gente, "en estas fechas, entre eventos y reuniones familiares, consumo más de todo, comida y bebida". Ella lo compensa, si acaso, entrenando un poco más, pero dice que lo que marca la diferencia es "la constancia y la paciencia" en el ejercicio y en la dieta a lo largo de todo el año. Hay que aprender qué nos sienta bien y mal. "Tenemos mucha información en las redes sociales, de influencers, pero a menudo no sabemos utilizarla: hay que personalizarla y contar con alguien que te ayude a hacerlo si tú no sabes", comenta. Pese a todo, reconoce que su teléfono "echa humo desde que empezó el año, con nuevas inscripciones". Ella sabe que la mayoría no se mantendrá mucho más allá de febrero.

Sonia Muñiz y Elisabet Rueda ofrecen los típicos bollos navideños que venden en una de las panaderías Panrís en Gijón.

Sonia Muñiz y Elisabet Rueda ofrecen los típicos bollos navideños que venden en una de las panaderías Panrís en Gijón. / MARCOS LEON

Cristina Porca, nutricionista de la Sociedad Española de Obesidad, indica que entre "los propósitos de Año Nuevo uno de los más habituales es el de controlar la alimentación, tomando esta fecha como un nuevo punto de partida". Admite que es "un buen momento para desarrollar hábitos más saludables", pero advierte que "el problema con los propósitos de Año Nuevo es que a menudo implican restringir algún alimento o perder peso, y esto no siempre es fácil y aún más si se hace sin ayuda". Enfocar los nuevos objetivos y planificarlos bien es un factor clave para el éxito, según Cristina Porca.

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