Rosa Brun: «En mi pintura lo primero es la práctica, ya conceptualizaré luego»

Recién elegida académica de San Fernando, la madrileña se presenta por primera vez en Asturias con una exposición en la galería Aurora Vigil-Escalera

Rosa Brun.

Rosa Brun.

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Rosa Brun, que fue elegida académica de número por la sección de Pintura de la Real Academia de San Fernando el pasado 23 de enero, a la vez que la arquitecta y diseñadora ovetense Patricia Urquiola –en su caso en la sección de Nuevas Artes de la Imagen–, inaugurará el 10 de febrero su primera exposición en Asturias, en la galería Aurora Vigil-Escalera de Gijón. La artista madrileña, catedrática de Pintura en la Universidad de Granada, viajará a la ciudad para el montaje de la exposición y asistirá a la presentación, durante la que comentará personalmente sus cuadros.

Para su estreno en Asturias Brun ha seleccionado obra que abarca un amplio periodo, desde 2007 hasta el año pasado. «No ha habido un cambio dramático en todo ese tiempo, que tampoco es tanto: 30 años es poco para todo un proceso de desarrollo conceptual y búsqueda de significado matérico; a mí siempre me falta tiempo». «Constantemente estoy revisando las formas, los procesos y las materias con las que quiero transmitir la pulsión de la materia», añade. 

La propia artista encuentra paralelismos entre su obra y corrientes como el expresionismo abstracto norteamericano; el cubismo, con técnicas como el «collage» y el «assemblage», y las vanguardias rusas, con creadores como Malévich, Rozanova y Popova. También con el monocromatismo, el espacialismo de Lucio Fontana, con Matisse y la estética romántica, en cuanto «enlaza con una revisión de lo sagrado y lo profano».

En cualquier caso, Rosa Brun antepone la experiencia a las teorías. «Para mí primero es la práctica, ya conceptualizaré luego; primero es la acción, la plasmación de un plano, un objeto, que es una abstracción de un pensamiento concreto y profundo», refiere.

Sobre su próximo ingreso en la Academia de San Fernando, la pintora reconoce que para ella es fuente de «orgullo» y de «alegría por poder aportar mi conocimiento», y cuenta que «se da la coincidencia, y el lujo, de que ocuparé el puesto de Carmen Laffón, con la que siempre me he sentido identificada, que es para mí muy querida y admirada. Laffón siempre siguió mi trabajo, hasta la última exposición en Sevilla». Constata que «en el arte, como en todas las demás áreas de la sociedad, la representación de las mujeres es menor, es así y hay que ir transformándolo en la medida de lo posible, a través de la acción, y las académicas que han sido elegidas forman parte de esa acción», sostiene.