Juan Luis Arsuaga: "El cuerpo humano es el logro más perfecto de la Naturaleza"

El científico presenta en una sala llena su libro sobre 7 millones de años de evolución e invita a una "visión optimista y gozosa" de la anatomía

Juan Luis Arsuaga. | David Cabo

Juan Luis Arsuaga. | David Cabo / Tino PertierraT.P.

Tino Pertierra

Tino Pertierra

Un sabio pasó por Oviedo: Juan Luis Arsuaga, catedrático de Paleontología y director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos convirtió el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA en un aula de divulgación repleta de espectadores a los que explicar lo esencial de su libro "Nuestro cuerpo: Siete millones de años de evolución". Su objetivo de "implicar al lector" se cumplió con creces en una amena charla con el periodista Andrés Montes.

Objetivo: convencer a los presentes de que el cuerpo humano "es el logro más perfecto de la Naturaleza, su punto más alto de excelencia. Lo entendieron muy bien los griegos. La medida de las cosas, la norma, el patrón". De ahí que Arsuaga llame a tener una visión "optimista y gozosa del cuerpo, admirable, de exaltación". Hace suya la frase que saluda la entrada del templo del dios Apolo en Delfos: "Conócete a ti mismo".

Del esplendor griego se pasó a "largos siglo de ocultamiento del cuerpo que se terminaron con el Renacimiento". Fue un periodo breve hasta que "pasó otra vez tabú, hasta nuestros días, sin que volvamos a los clásicos". Y en esa tara está Arsuaga: "Recuperar esa mirada griega, epicúrea, de búsqueda de la felicidad. Mi libro es una declaración de amor por el cuerpo humano".

El Museo del Prado es un espacio "mágico" para el divulgador, "lleno de historias sin un escritor que las escriba. La escultura grecolatina es una gran desconocida. Merece la pena pasar largos ratos entre los cuerpos desnudos de Apolo y Afrodita. Estoy en la gloria dando un paseo entre los dioses". Atención, pregunta: ¿la evolución es necesaria o contingente? Es decir, "los hechos pasaron porque tenía que ocurrir o por circunstancias excepcionales. Si los persas no hubieran asesinado a Filipo II de Macedonia y su hijo Alejandro no hubiera helenizado gran parte del planeta, ¿la Historia hubiera sido otra? ¿O los griegos hubieran vencido a los persas tarde o temprano? Las cosas, en mi opinión, no son tan contingentes. El curso de la Historia no depende tanto de las circunstancias".

Juan Luis Arsuaga: "El cuerpo humano es el logro más perfecto de la Naturaleza"

Una imagen del público asistente. / Tino PertierraT.P.

Se considera que el mayor logro de la evolución es el cerebro, pero ¿qué pasa con el pie? "Es un prodigio de biología mecánica. ¿Qué fue primero, la mano o el cerebro? La mano y el pie aparecieron al mismo tiempo". Una alianza decisiva. "Pero mi libro no hace de menos al cerebro. Somos la única especie que se hace preguntas", recordó antes de reclamar que prestemos más atención al cuerpo, evitar "la relación conflictiva con él. La anatomía que se enseña es la de los otros, no la propia. Hay muchos malentendidos. Y eso debe cambiar. Volvamos al ideal griego sin traumas, recuperemos esa relación de naturalidad". Y para ello, "para leer este libro, cuanto menos ropa, mejor. Porque hay que mirar el cuerpo, identificar huesos y músculos. Yo me lo llevaría a la playa y fijarme en el tibial anterior, por ejemplo, uno de los siete músculos principales. Yo mismo lo escribí en paños menores, como mínimo. En la intimidad. Ah mejor leerlo entre dos, con poca ropa y en pareja. Es tan gozoso descubrir nuestro cuerpo que es imposible no contarlo a alguien".

De la conflictiva relación con el cuerpo dan cuenta los eufemismos que muchas veces se generan para evitar llamar a las cosas por su nombre. Por ejemplo: "¿Por qué decir eso de ‘donde la espalda pierde su nombre’ en lugar de decir culo? Somos la única especie de mamíferos que lo tiene. La gente va a los gimnasios para tener mayor volumen. Los griegos exageraban las nalgas, no eran nada realistas. Yo hago un elogio de la axila, cuatro paredes con músculos muy importantes. Exorto a llevar la mano al sobaco (axila es un neologismo)".

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"La ciencia construye teorías y todas pueden ser rebocadas", afirmó Arsuaga al ser preguntado por su posición frente a los negacionistas, "como esos artistas que sostienen que las vacunas nos introducen ADN. No soy partidario de silenciarlos sino de rebatirlos, porque, de lo contrario, seríamos tan dogmáticos como ellos. La ciencia ha sufrido tantas censuras que me cuesta ponerme en el lugar de los inquisidores. Cuando un negacionista de la teoría de la evolución me dice que esta se basa en una teoría, yo siempre digo que sí, claro, y si usted tiene otra teoría seria y sólida, la escucharé". Recordó que "a nadie le dan el Nobel por decir lo que ya se dijo, sino al que dice lo contrario de lo que se pensaba. Los científicos somos personas subversivas que combatimos ideas previas. Nuestro trabajo consiste en ofrecer ideas nuevas, como caigas en el inmovilismo no te comes una rosca". También recurrió Arsuaga al papel del cabello como una forma de expresión de identidades, una guía para determinar procedencias geográficas. "La manera de cortarse el pelo", señaló, "puede tener motivos religiosos o identificativos de una tribu urbana. Somos los únicos mamíferos con crecimiento continuo del pelo, así fue en un momento de la evolución. Los chimpancés no van al peluquero. Y la barba también sirve para comunicarse. Afeitarse o no es un mensaje que das a los demás sobre tu control del cuerpo. Filipo II la llevaba. Su hijo Alejandro, no".