En Barcelona

Núria, discriminada por ser sorda: "Era el juicio de mi divorcio y no me enteraba de nada"

Las denuncias por discriminación han repuntado este año un 20% en Barcelona, aunque aún son muy numerosos los casos que no quedan registrados

Núria Aguado, fotografiada en Ciutat Vella, denuncia el trato discriminatorio sufrido en un juzgado de Barcelona.

Núria Aguado, fotografiada en Ciutat Vella, denuncia el trato discriminatorio sufrido en un juzgado de Barcelona. / Jordi Cotrina

Elisenda Colell

Núria Aguado dice que jamás se había sentido discriminada. "Hasta que llegó la pandemia del coronavirus", matiza. Esta madre que trabaja en una multinacional farmacéutica había adaptado su vida a su sordera. Desde los cuatro años que sufre cofosi e hipoacusia severa, lo que le impide poder oír con facilidad a la gente que le rodea. "Yo sé hablar, pero me comunico leyendo los labios", explica. En el trabajo, todo estaba en orden. "En las reuniones hay una máquina que me lo transcribe si no lo entiendo", sigue. Pero en cuanto estalló la pandemia del coronavirus, y se impuso el órden de las mascarillas, su relación con el mundo se derrumbó por completo.

"Me pasaba en todos los lados: en el súper, en la óptica... en alguna tienda es que ya ni me atendían cuando les pedía que se quitaran la mascarilla, o en otras formaba grandes colas porque me costaba mares entender lo que me decían", explica. Ella les pedía que se bajaran la mascarilla para hablar con ella. "Si leía los labios, en un momento lo entendía todo", prosigue. Pero en muchos de los lugares se negaron a ello. Aunque en Barcelona han repuntado este año un 20% las denuncias por discriminación, aún son muy numerosos los casos que no quedan registrados.

Lo más grave le ocurrió en el juicio por el divorcio con su exmarido. "Llegamos hasta el jucio para decidir qué hacíamos con la casa, en la que yo estaba viviendo: quiero decir que la decisión que se tomaba allí era importante para mí porque tenía que buscarme un lugar para vivir si lo perdía", cuenta la mujer. El problema es que su abogada se negava a retirarse la mascarilla, y aún menos a pedirle al tribunal que también lo hiciera o lo permitiese. Ella proposo que viniera una amiga suya al lado para que pudiera ir apuntando lo que se decía en la sala. Pero su abogada tampoco lo contempló.

"Al final mi hijo me dijo que aceptara el trato"

"Recuerdo que los abogados se encerraron durante más de una hora y cuando mi abogada salió seguía con la mascarilla y estaba muy alterada", cuenta. La mujer trató de entender lo que le estaba diciendo, pero sin poderle leer los labios le fue imposible. "Al final mi hijo me dijo que aceptara el trato", cuenta ella, que aún se recuerda desorientada en aquél día. "Me sentía ninguneada, discriminada... yo estaba en desigualdad de condiciones para tomar esa decisión", sigue.

La primera vista oral fue en junio del 2021. "Yo estaba allí y no me enteraba de nada de lo que se estaba hablando, era frustrante...", explica Aguado. Sí recuerda que la vista se paralizó en el momento en que su exmarido dijo que abría una negociación. "Lo hizo para ganar tiempo", sostiene la mujer. En noviembre las partes tenían que llegar a un acuerdo, pero solo se hizo un encuentro en sede judicial.

Núria Aguado, con cofosi e hipoacusia severa, denuncia el trato discriminatorio en su juicio de divorcio

Núria Aguado, con cofosi e hipoacusia severa, denuncia el trato discriminatorio en su juicio de divorcio / Jordi Cotrina

Meses después, se dio cuenta de en qué consistía el acuerdo: "Me dijeron que tenía que poner la casa donde yo estaba viviendo en venta, pero si eso era imposible, si había que pagar reparaciones...". Fue entonces cuando Aguado decidió cambiarse de abogada y dirigirse a la Fundación ACAPPS que representa familias y personas sordas, para pedirles ayuda y asesorarse. El ente, además, colabora con la Oficina para la No Discriminación de Barcelona. "Al final, como se cambió de abogado y todo fue bien, pues no fuimos a más, le mostramos que hay varias leyes que garantizan que la justicia debe ofrecerle medios para que ella pueda entenderles", cuenta el coordinador David Prujà.

Sin embargo, para él el caso de Aguado no es nuevo. "No nos llegan ni una decena de casos al año porque muchas personas afectadas no sienten que esto es discriminatorio. Los afectados sienten que se tienen que adaptar al resto, que son ellos el problema", lamenta Prujà. Señala, además, que algunos jueces no tienen presente la legislación que protege los colectivos desfavorecidos, ya que ello no consta en la Ley de Enjuiciamiento Criminal o Civil.

Al fin, para Aguado el tema se solucionó. "La nueva abogada fue muy agradable, se quitó la mascarilla en todo momento y en la nueva vista que se celebró lo pude entender todo". No fue la única que se destapó la boca para que Aguado pudiera leer los labios y comprenderlo todo mejor. "Cuando vi al juez llegar que también se la quitó.... para mi fue todo un agradecimiento. Y además me dijo que si necesitaba que alguien repitiera algo... lo que necestiara, que estaba a mi disposicón. Ese gesto no olvidaré jamás", agradece.

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