El paso de Cebú (Filipinas): Premio a la ingeniería española con un "heredero" del puente del Huerna

Una de las grandes obras de la ingeniería española en Asia, el puente de Cebú (Filipinas), lleva siendo un éxito español desde que se inauguró en el 2022. Ahora, además, se sabe en todo el mundo ya que acaba de hacerse con el galardón IABSE en la categoría de innovación en la construcción. Un reconocimiento que concede la Asociación Internacional de Puentes e Ingeniería Estructural y que está considerado como el más "top" de la especialidad a nivel mundial.

El de Cebú es el mayor puente de Filipinas, construido en modelo atirantado con 390 metros de luz –distancia del vano que hay entre dos apoyos–, con el que se salva el canal navegable de Mactán. Y el premio que ha logrado se celebra ahora en varios despachos en España. El primero, en el de la firma Carlos Fernández Casado, S. L. (CFC), fundada en 1964 por el fallecido maestro de la obra pública Carlos Fernández Casado junto con dos jóvenes discípulos, Javier Manterola Armisén y su hijo Leonardo Fernández Troyano. De ese despacho salió el diseño de la estructura principal y de la realización del millonario proyecto filipino –solo el diseño y construcción costó unos 405 millones– se encargó Acciona como empresa líder de un consorcio con otros socios locales.

De la calidad del trabajo de la firma CFC, ya fuera con diseño propio de Carlos Fernández Casado o de sus discípulos, se sabe bastante en Asturias, región donde hay ejemplos prácticos desde hace más de 50 años. Ahí está uno de los puentes sobre el río Caudal, en Mieres, de 1968; las primeras naves de Ensidesa; el puente sobre el río Narcea de 2017; y, por supuesto, una de las obras cumbres salida de su estudio en el pasado siglo: la del puente de la autopista del Huerna sobre el embalse de Barrios de Luna, que precisamente lleva el nombre de Carlos Fernández Casado. Infraestructura que pese a que no estando en territorio astur fue pieza clave en la ruptura del aislamiento por carretera que sufría la región.

En su día, como hoy le ocurre al de Cebú, el puente de Barrios de Luna –proyectado en concreto por Manterola y Fernández Troyano– celebró sus propios éxitos al ser premiada como la obra más representativa de la ingeniería civil en Castilla-León en treinta años (1976-2002) y récord mundial absoluto en puentes atirantados hasta varios años después de su construcción.

Ahora es un nieto de Carlos Fernández Casado, Javier Muñoz-Rojas Fernández, el que ha estado al frente del control del diseño de la infraestructura filipina. Una obra que también quedó finalista en los mismos premios en la categoría de grandes puentes viales y ferroviarios, siendo la primera vez, a nivel mundial, que un mismo proyecto resultaba seleccionado en dos categorías. Todos los implicados reseñan la "complejidad técnica y logística" que llevó aparejada una obra para la que hubo de tenerse en cuenta la gran sismicidad de la zona, la climatología más adversa –son frecuentes los tifones, por lo que los cálculos de viento se hicieron sobre posibilidades de más de 250 km/h–, una construcción íntegra sobre mar con cimentaciones profundas y encepados sobre el nivel del mar, y el hecho de que está ubicado en un transitado canal de navegación y debía contemplarse el escenario imaginado de un gran impacto de algún buque. Lo dicho, un gran éxito de la ingeniería española.

Suscríbete para seguir leyendo