Estudios

Cómo es la vida de una madre en prisión

Una investigación realizada en varias cárceles resalta la falta de políticas penitenciarias con perspectiva de género que faciliten una correcta instauración de la lactancia materna

Concertinas ubicadas en el exterior del centro penitenciario Fontcalent de Alicante.

Concertinas ubicadas en el exterior del centro penitenciario Fontcalent de Alicante. / GRISCHA RUESCHENDORF

Juan Fernández

El nexo de unión maternofilial empieza a generarse desde el primer contacto lactante. Varios estudios evidencian la importancia de dar el pecho al menor más allá de sus beneficios nutritivos. No solo tiene una función protectora que evita infecciones y problemas en el bebé sino que genera un vínculo afectivo directo con la madre. Pero, en este sentido, no todas las madres están en igualdad de condiciones. 

En España hay unas 4.000 mujeres presas en centros penitenciarios, algunas de las cuales viven con sus hijos entre rejas hasta que estos cumplen los tres años. Debido a la poca información existente acerca de las condiciones de estas mujeres, dos investigadoras han realizado un estudio que tiene como objetivo analizar la experiencia con respecto a la lactancia materna de las madres encarceladas en las prisiones del sistema penitenciario español y observar posibles prácticas que aludan a la violencia obstétrica durante la gestación, el parto y el puerperio. Esta violencia es la resultante de las prácticas y conductas realizadas por profesionales de la salud a mujeres desde el embarazo hasta el postparto.

La investigación Lactancia materna entre rejas: experiencias de las madres encarceladas en el sistema penitenciario español ha sido llevada a cabo por la psicóloga Pilar Roig y la alicantina Ester Massó. Para ello, han realizado un estudio mediante una entrevista a 30 mujeres mayores de edad procedentes de África, Europa, Europa del Este y Latinoamérica, que se encontraban cumpliendo condena junto a sus hijos en las Unidades de Madres externas de Alicante, Barcelona y Sevilla, y el Departamento de Madres (DM) en el interior de la Cárcel de Wad-Ras, en Barcelona. 

Las conclusiones extraídas de este estudio señalan la necesidad de llevar a cabo políticas públicas y penitenciarias alineadas con las recomendaciones de la OMS y otros organismos nacionales e internacionales, que promuevan la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses y continúen hasta los dos años. Se resalta la urgencia de evitar la vulneración de derechos humanos relacionados con la alimentación, salud física, psicológica, emocional, y derechos sexuales y reproductivos.

Según el Anuario Estadístico de 2022 elaborado por el Ministerio del Interiorde 46.468 personas encarceladas en las prisiones estatales del país, el 92,7% de los reclusos son hombres y el 7,3%, mujeres. Esto refleja una gran disparidad de género y, por tanto, una falta de políticas penitenciarias enfocadas a las mujeres, donde la lactancia maternal sea un seguro.

La investigación muestra que no hay un suficiente personal sanitario formado en cuanto a lactancia materna se refiere, a pesar de que numerosos estudios evidencian que la decisión de no amamantar presenta importantes efectos negativos sobre la nutrición, el desarrollo y la salud del bebé y de la madre.

Las entrevistas realizadas a madres privadas de libertad ha puesto de manifiesto una serie de carencias en el sistema penitenciario que dificulta la labor maternofilial. Las presas, en condiciones más desventajosas frente al resto de madres, se encuentran en una clara situación de vulnerablidad. Algunas de las mujeres entrevistadas han comentado que los profesionales médicos del centro les han recomendado dejar la lactancia materna para la consiguiente administración de diversos psicofármacos. En este caso, Roig explica que «en ocasiones, estas recomendaciones no están basadas en evidencias científicas actualizadas» y son consecuencia del desconocimiento de los beneficios que tiene la lactancia materna. 

Además, el aislamiento que viven las mujeres encarceladas hace que se torne más difícil encontrar apoyo en un momento tan delicado como este. Muchas de las madres, según la investigación, relatan haber pedido ayuda al personal sanitario, tanto dentro como fuera de prisión, y que este ha optado por recomendar leche de fórmula en lugar de fomentar la lactancia materna. Y ante esto, muchas han accedido a proporcionar leche de fórmula a sus hijos, puesto que el contexto hace que no puedan seguir las recomendaciones de la OMS.

Violencia obstétrica

Según la OMS, la violencia obstétrica es una forma específica de violencia ejercida por profesionales de la salud, predominantemente médicos y personal de enfermería, hacia mujeres embarazadas en labor de parto y en puerperio, y constituye una violación a los derechos humanosSegún las madres entrevistadas, han estado expuestas a prácticas violentas por acción u omisión, también psicológicas (trato paternalista, autoritario, humillante...).

La investigación muestra que una madre informó que recibía un trato excesivamente autoritario y humillante por policías que la estaban custodiando en el hospital después de dar a luz al no respetar su descanso hablando con tono elevado y utilizando el teléfono móvil con volumen alto.

El artículo aboga por la implementación de estrategias para garantizar el éxito de la lactancia materna, así como la prevención de prácticas violentas, tanto físicas como psicológicas, relacionadas con la violencia obstétrica. Se enfatiza la necesidad de formación para los agentes implicados durante el encarcelamiento y la incorporación de profesionales de la salud mental perinatal en los centros penitenciariosTambién se destaca la importancia de continuar explorando y profundizando en cuestiones como la violencia obstétrica y la salud mental perinatal dado el hueco que hay sobre estos temas en el ámbito carcelario.

En última instancia, se concluye que es fundamental aplicar políticas penitenciarias con perspectiva de género y feminista para erradicar desigualdades y discriminaciones, protegiendo los derechos básicos de madres y criaturas, entre estos la lactancia materna, considerada como un derecho humano básico.