Digitalizar el agua para lograr un efecto cascada de desarrollo

En un escenario mundial de estrés hídrico, con perspectivas de un descenso del 40% de los recursos para el año 2030, la inversión en digitalización es el camino necesario para una gestión eficiente y sostenible del agua. 

Gracias a la detección temprana de fugas en las redes se evitan pérdidas innecesarias de agua y daños en los sistemas

Gracias a la detección temprana de fugas en las redes se evitan pérdidas innecesarias de agua y daños en los sistemas

A medida que aumentan las consecuencias provocadas por la emergencia climática y la presión demográfica, la necesidad de coordinación para proteger los recursos naturales va creciendo. Las perspectivas ambientales de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) indican que, al actual ritmo de crecimiento, la población mundial superará los 9 mil millones en 2050. Por otro lado, las previsiones de Naciones Unidas apuntan un descenso del 40 % de los recursos hídricos disponibles en el mundo para el año 2030.

Con estas perspectivas, en el Día Mundial del Agua (22 de marzo), la ONU subraya el valor del elemento, no solo como recurso aprovechable, sino como motor de desarrollo y bienestar. Bajo el lema “Agua para la paz”, el organismo propone actuar de forma coordinada en esta materia para crear un efecto en cascada positivo, fomentando el desarrollo y la resiliencia frente a los desafíos comunes. En España, donde la práctica totalidad de la población tiene acceso a agua potable, la senda es promover una gestión integrada de los recursos hídricos e incentivar los avances en tecnología y digitalización. 

La ONU prevé un descenso del 40% los recursos hídricos para el año 2030

El estrés hídrico es una cuestión de primer orden, y a la hora de abordarlo es necesario hablar de eficiencia y sostenibilidad en la gestión del agua. La eficiencia implica disponer de una planificación hidrológica sostenida y una infraestructura eficiente, que incorpore las nuevas tecnologías y se renueve cada cierto tiempo. Invertir en infraestructuras asegura la continuidad del servicio, con un menor coste de operación y mantenimiento que cuando se dispone de un sistema anticuado. La planificación y estrategia de las administraciones debe de acompañarse del esfuerzo de los operadores que gestionan el servicio del agua. Las compañías especializadas pueden aportar tecnología, capacidad de innovación e inversión para ofrecer soluciones concretas. 

Invertir en infraestructuras asegura la continuidad del servicio de agua

Invertir en infraestructuras asegura la continuidad del servicio de agua / D. R.

Transformación digital

Una gestión eficiente y sostenible del agua no puede separarse hoy en día de la digitalización. En los últimos años, la transformación digital ha supuesto un cambio en la forma de trabajar y en Aqualia se ha convertido en una de las líneas estratégicas. En 2023, su inversión en transformación digital fue de 17 millones de euros. Aumentar el rendimiento de las redes, detectar consumos anómalos a tiempo real y reducir las pérdidas de agua por fugas o avisar cuando no se contabiliza ningún consumo en viviendas habitadas por personas mayores, son algunas de las nuevas prestaciones que ya se disfrutan gracias a las nuevas tecnologías. 

Gracias a la implantación de proyectos para la detección temprana de fugas en las redes, se evitan pérdidas de agua y daños en los sistemas. La guerra contra el Agua No Registrada (ANR), en la que figuran fugas, fallos en contajes de los contadores, fraudes y consumos no autorizados, es fundamental. En España alcanza, de media, el 23,5 % del agua de la red, lo que supone una pérdida de más de 1.000 hm3 al año. Si este dato se redujera hasta el 10 %, se ahorrarían 550 hm3 anuales, cifra superior al consumo anual de agua de toda la Comunidad de Madrid. 

Alianza público-privada

Una de las claves en este proceso es que la administración pública reme en la misma dirección que las compañías operadoras del ciclo integral del agua. Las convocatorias de los PERTE de Digitalización del Ciclo del Agua, mediante las que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) subvenciona proyectos de mejora de la eficiencia del ciclo urbano del agua, son el ejemplo más reciente. En la primera convocatoria, el MITERD seleccionó 30 proyectos que se verán beneficiados por estas inversiones. Uno de los seleccionados fue el presentado por Aqualia y Arcgisa, Agua y Residuos del Campo de Gibraltar (la empresa pública de servicios participada por la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar), para digitalizar el servicio de agua de ocho municipios del Campo de Gibraltar (Cádiz). 

En el año 2023 Aqualia invirtió 17 millones de euros en transformación digital

Actualmente se encuentra en plazo de estudio la segunda convocatoria del PERTE, a la que Aqualia presentó 12 proyectos para distintos puntos de la geografía española, que engloban a un total de 596 municipios y beneficiarían a sus más de tres millones de habitantes.

Proyectos para el aprovechamiento de aguas residuales

Vista aérea de una depuradora

Vista aérea de una depuradora / D. R.

Aqualia tiene presencia en Asturias desde la década de los 80, prestando algún tipo de servicio en 45 de los 78 concejos. La compañía ha invertido cerca de 100 millones de euros en el territorio, y ha ubicado en Oviedo su laboratorio central de España. A esta instalación, que se sitúa a la vanguardia de los laboratorios de agua en España en equipamiento, personal y servicio, llegan muestras de agua de todo el país, y en él se analizan alrededor de 300 parámetros diferentes. 

La empresa también apuesta por la innovación en el Principado, con el objetivo de aprovechar al máximo las aguas residuales. Un buen ejemplo es el proyecto RE-CARBON, una iniciativa que busca eliminar los contaminantes del agua a través del carbón activo y el biochar (carbón vegetal), y que ha sido desarrollada por cuatro empresas: Aqualia, Ingemas, Biesca Ingeniería e ITC Sistemas. El propósito es que las depuradoras de aguas residuales se puedan convertir en biofactorías que rentabilicen los subproductos obtenidos, que antes eran considerados residuos. En este caso, el proyecto se llevó a cabo en las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de Grado y de Luarca, y en la Estación de Tratamiento de Aguas Potables (ETAP) de Entralgo, las tres ubicadas en Asturias. En ellas se comprobó la viabilidad técnica y económica de la regeneración de carbones activos agotados y de la producción de biochar a partir de biosólidos de depuración y biomasa forestal. Ambos productos se utilizan en procesos de purificación de corrientes de agua. El carbón activo agotado, que normalmente se gestiona como un residuo, puede reutilizarse y con ello reducir los residuos y el consumo de materias primas, además de promover el ahorro energético. Por otro lado, los fangos que se generan en las estaciones depuradoras de aguas residuales y la biomasa forestal sirven como materias primas para obtener biochar o carbón vegetal. En este modelo, que promueve la economía circular en el ciclo del agua, tanto el carbón activo regenerado como el biochar se transforman en bioproductos de alto valor añadido, al utilizarse para eliminar compuestos indeseados en aguas residuales y potables.

El proyecto RE-CARBON permite al mismo tiempo el tratamiento de aguas depuradas, la eliminación de olores en el entorno de depuradoras, el tratamiento de gases o la mejora de suelos degradados. Además, es una solución al aumento de costes en la gestión de estos lodos. La iniciativa ha sido subvencionada por el Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (Idepa), a través de la convocatoria de ayudas a proyectos tractores de I+D+i del año 2019. 

Otro ejemplo de regeneración y reutilización de las aguas está en la estación depuradora de Villapérez, en Oviedo, la mayor del Principado, que es ya pionera al destinar el agua ya tratada para abastecer a la industria. Algunas de las ventajas de la reutilización de agua regenerada son el incremento de los recursos hídricos, la reducción de contaminantes en las áreas de vertido, el ahorro energético y la reducción de la huella de carbono.