Falta un tránsito entre la parte nueva y la vieja

Habría que separar exterior e interior del edificio. En el exterior, creo que forzado por condicionamientos de otros edificios de muy distinto orden y valor, el arquitecto hizo lo que pudo. Sé que hay algún comentario negativo a propósito de si desaprovechó espacio con los retranqueos, pero creo que el arquitecto lo explicó bien con lo de la luz natural que, en algunos de los espacios, sí que se nota, y eso que cuando yo lo vi era un día lluvioso y gris. La obra me merece respeto.

En el interior, los espacios, están muy bien, aunque no hay tampoco ningún misterio. Lo que un museo requiere son unas paredes lo más limpias posibles y con unas alturas convenientes. A mí me gusta, por ejemplo, el posible itinerario que se crea con la escalera lateral, que facilita mucho el acceso a los diferentes niveles. Es algo que veremos evolucionar en el futuro, cuando la colección tenga unos condicionantes museográficos que yo creo que ahora mismo en la exposición inaugural no se dan en exceso.

Lo que hay expuesto lo veo ahora mismo muy apretado. Parece que está ordenado, aparte de por generaciones, por tamaños, en una mirada somera se ve que casi todos los tamaños guardan una relación entre sí y eso creo que no se va a seguir dando en el futuro. Ahora, por el interés y la novedad, imagino que han intentado exponer la mayor cantidad posible de obra, pero creo que se apretó más de lo conveniente. Habrá rotaciones y hay que dejar pasar tiempo. Se echa en falta un tránsito entre la parte nueva y la vieja. El que quiera ver todo el museo ahora mismo tiene que salir y dar la vuelta; espero que sea provisional.

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