Tal vez cansada de que todo el mundo alabe sus brazos tonificados y la poderosa musculatura de su espalda, la Reina de España decidió ayer dar un golpe de efecto y se presentó en la alfombra azul del teatro Campoamor con un delicado vestido de la firma Carolina Herrera, con manga corta, cuajado de flores blancas en la parte superior y con cuerpo entallado en satén negro con largo hasta el tobillo, realmente favorecedor.
Por primera vez la Reina ha vestido de largo en la gran ceremonia anual que la devuelve a su ciudad natal. El pelo recogido en un moño bajo con trenzas y los pendientes de diamantes regalo del emir de Qatar, que lució en la cena de gala ofrecida en su honor el pasado mes de mayo, realzaron más la belleza de la soberana, que apenas dejó de sonreír desde que puso el pie en Oviedo el pasado jueves.
Si es cierto eso de que la felicidad es la mejor receta para estar bella, a la esposa de Felipe VI se le puede aplicar absolutamente. Doña Letizia apareció deslumbrante al lado del Rey y de sus hijas, de las que se siente especialmente orgullosa. De 2004 a 2019 fue Felipe Varela quien la vistió en exclusiva para esta ocasión. A partir de entonces se inició un nuevo ciclo que inauguró en 2020 Del Pozo con un vestido azul marino. En 2021 la Reina escogió un espectacular modelo de The 2nd Skin, y esta vez le ha tocado el turno a la firma fundada por la diseñadora venezolana, ya jubilada, que desde hace años pertenece al grupo español Puig. El vestido es del otoño-invierno de 2018, así que lo más probable es que llevase tiempo en el vestidor real. A doña Letizia ni siquiera le importó que el modelo ya hubiese sido lucido por Sassa de Osma, esposa de Christian de Hannover, primo del Rey Felipe por parte materna (es hijo de Ernesto de Hannover, primo carnal de la Reina Sofía). La Reina se calzó unos slingback de Isabel Abdo, el modelo Carrie, de ante negro, destalonados y con cinco centímetros y medio de tacón, una altura confortable para paliar las molestias ocasionadas por el neuroma de Morton que sufre en el pie izquierdo.
La Princesa Leonor avanza por la senda de la sofisticación que marca su madre y lo demostró con un vestido de Michael Kors, estampado en blanco y negro, con minifalda. Un ligero maquillaje, sandalias destalonadas y un recogido con mechones sueltos en la parte delantera completaban el estilismo de la joven, que el lunes cumple 17 años y que como cualquier chica de su edad hace incursiones en el joyero materno. Esta vez tomó prestados unos pendientes de brillantes de Chanel con forma de hoja, el modelo Plume de la maison francesa valorados en 8.600 euros.
La Infanta Sofía no se quedó atrás. Olvidó sus looks de bailarina y se decantó por un vestido azul noche con brillos y falda por encima de la rodilla, tonalidad similar a la que lució la Reina Sofía, enfundada en un traje pantalón de seda en azul y negro. El modelo de la Infanta es de El Corte Inglés, con cuello a la caja, manga francesa y falda de ligero vuelo a medio muslo. El diseño original es largo hasta los pies y su precio es de 320 euros. Esta vez la Infanta se puso tacón, los mismos salones de ante azul de Lodi que lució en la sesión de la mañana.
