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Shigeru Ban aprende en Bueño a construir hórreos

El arquitecto japonés visitó el centro de interpretación y se paseó entre las construcciones más típicas de Asturias, tomó fotos y se interesó por sus peculiaridades

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Shigeru Ban disfruta en Asturias: el arquitecto premio "Princesa" de la Concordia visita los hórreos Miki López

A Shigeru Ban le llevó un tiempo entender la relación de los asturianos con sus hórreos. Roberto Álvarez Espinedo, el responsable de la gestión del Centro de Interpretación del Hórreo de Bueño, se lo explicó ayer un par de veces y el arquitecto japonés pidió alguna aclaración más. Le contó que no es un inmueble, que "es una construcción mueble", que se puede mover de un sitio a otro, que los propietarios no son dueños de los terrenos en los que se levantan, que se montan en las caleyas y que, si es necesario, se desmontan y se trasladan con la familia.

Eso de ir y venir con una edificación bajo el brazo no lo veía del todo claro el ganador del "Princesa de Asturias" de la Concordia, pese a que la temporalidad y la sencillez es una de las características de sus propias construcciones. Se interesó mucho por las razones de ese comportamiento tan singular de los asturianos y Roberto Álvarez le siguió contando que en los hórreos se guarda la cosecha otoñal para que seque, la carne, la ropa de la casa, los papeles de la familia –al menos así era hasta no hace tanto– y le habló de la importancia de mantener todas esas cosas en un sitio seco, con una temperatura estable y en un lugar elevado en una región como Asturias.

Ban, al fondo, observa el proceso de montaje de un hórreo en el Centro de Interpretación de Bueño. | Miki López

Shigeru Ban recorrió el Centro de Interpretación y, antes de salir a pasear entre hórreos, asistió a una demostración, a escala, de cómo, sin un solo clavo y en muy poco tiempo, se pone en pie un hórreo. "La perdurabilidad del edificio la decide el cliente", le insistió el gestor del museo.

En Bueño, paseando por las calles y de hórreo en hórreo, el arquitecto japonés, que acudió a la visita acompañado por su esposa, Masako Ban, tomó algunas fotografías con la cámara de su móvil y antes de volver se dejó invitar a sidra y bollos preñaos.

El arquitecto, en la recreación del interior de un hórreo asturiano, con su esposa, Masako Ban, a la izquierda, y el resto del grupo. | Miki López

De la visita a Ribera de Arriba se fue también con unas marañuelas de Candás, que le trajo la Asociación del Hórreo Asturiano y que entregó personalmente su presidente, Víctor Manuel Suárez, que estuvo acompañado por otros compañeros de la directiva, la geógrafa Irene Muñiz y el arqueólogo Fernando Mora.

Tomás Fernández, el alcalde de Ribera de Arriba, fue quien recibió a Ban a las puertas del Centro de Interpretación del Hórreo y quien ejerció de anfitrión a lo largo de una visita a la que asistieron las concejalas Patricia Álvarez y Eulalia Vázquez y el presidente de la Asociación Cultural de Bueño, Belarmino Fernández. También se acercó hasta Bueño su compatriota Yayoi Kawamura, profesora de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo y coordinadora de las jornadas que Bueño lleva una temporada dedicando a Japón.

De izquierda a derecha, en la foto oficial de la visita, Belarmino Fernández, Patricia Álvarez, Tomás Fernández, Shigeru Ban, Eulalia Vázquez, Martha Thorne, Roberto Álvarez, Masako Ban, Yayoi Kawamura, Víctor Manuel Suárez, Irene Muñiz y Fernando Mora. | Miki López

El arquitecto Rogelio Ruiz, autor del diseño del Centro junto a Macario González, fue otro de los acompañantes de Shigeru Ban por Bueño y junto a él Martha Thorne, delegada ejecutiva del Premio Pritzker, con la que el arquitecto japonés mantendría poco después una conversación frente al público en la antigua fábrica de armas de Oviedo.

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