La ingeniera, jurado del premio "Princesa", que despierta los sentidos muertos de niños: "He visto maravillas"

Elena García es la artífice del primer exoesqueleto con movilidad: "Al ponerse en pie, exploran su entorno y reacciona su sistema sensorial"

Jens, de 5 años, usa el primer exoesqueleto pediátrico portable del mundo, desarrollado por dos empresas españolas y el CSIC.

Jens, de 5 años, usa el primer exoesqueleto pediátrico portable del mundo, desarrollado por dos empresas españolas y el CSIC. / EFE

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

Elena García Armada es consejera delegada de Marsi Bionics, empresa de tecnología médica participada por el CSIC, de la que es socia fundadora. Doctora ingeniera industrial por la Universidad Politécnica de Madrid, atesora 26 años de trayectoria investigadora tanto en el CSIC como en otros centros, entre ellos el Massachusetts Technology (MIT) y el Laboratoire d’Automatique de Grenoble. Su contribución más relevante es el desarrollo del exoesqueleto ATLAS 2030, el primero con movilidad espacial autorizado por las autoridades europea y norteamericana para la terapia de niños con afectación neurológica desde los tres años de edad. Este dispositivo –un armazón mecánico dotado de articulaciones– está comercializado e instalado en los principales hospitales en siete países. Sus trabajos han dado lugar a ocho familias de patentes, tres de ellas licenciadas y extendidas a Estados Unidos y Europa. Forma parte del jurado del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2024, que hoy se falla en Oviedo.

–¿Qué ha visto en los pacientes que se han beneficiado de sus investigaciones?

–He visto maravillas. Hay que tener en cuenta que trabajamos con un sector muy especial, con niños, y además niños muy afectados, que están con un diagnóstico por una parálisis cerebral o una enfermedad neuromuscular con un deterioro significativo, con lo cual no pueden caminar y se sienten muy limitados en cuanto a sus expectativas.

–Se les coloca el exoesqueleto y qué sucede?

–Un despegue absoluto de estos niños, de sus capacidades latentes que estaban de alguna manera ocultas tras una enorme discapacidad. Cuando a una persona en desarrollo, como es un niño, le permites ponerse de pie y explorar su entorno, se despiertan todos los sentidos y muchos de sus sistemas sensoriales, que no habían llegado a desarrollarse, se desarrollan. Encontramos un despertar cognitivo, niños que no sólo mejoran su marcha, es decir, su capacidad de caminar, sino que algunos incluso llegan a recuperarla. Puede parecer incluso milagroso porque, como digo, son pacientes muy afectados. Lo que notamos es que empiezan a hablar, a mejorar la visión, todo ello derivado de la recuperación de la marcha. Recuperar la marcha supone recuperar la interacción espacial, la deambulación espacial, y todos nuestros sentidos dependen de esa interacción con nuestro entorno de una forma tridimensional.

Sobre estas líneas, Jens, de 5 años, usa el primer exoesqueleto pediátrico portable del mundo, desarrollado por dos empresas españolas y el CSIC. A la derecha, Elena García Armada. | Efe / Luisma Murias

Elena García Armada. / Luisma Murias

–¿Lo que más le ha impactado?

–Hay cuatro o cinco casos de niños: uno en México, otro en Zaragoza, tres en Madrid... Nos llegó un niño de seis años con una parálisis cerebral: una afectación no solo física, sino también cognitiva. Tenía una edad cerebral de aproximadamente dos años, algo de ceguera y estaba en su sillita de ruedas, siempre mirando hacia el suelo, porque no había nada delante que le pudiera motivar. Ni veía ni entendía... Tras un año utilizando nuestro dispositivo, ya camina solo o con la ayuda de un grillo, de un pequeño andador. Además, se comunica: a su madre le dice "mamá, te quiero". Ahora ve... O sea, ha desarrollado sus sentidos. Para la familia, tiene tres hermanos, ha supuesto volver a integrar a este niño en su entorno familiar. Todo lo que nos cuenta su madre es pura felicidad. Hemos devuelto la esperanza a esa familia. Los otros cuatro casos quizá no combinan tantas condiciones, pero estamos ante niños que han desarrollado otras capacidades. Es impresionante. Son cambios que devuelven la esperanza de vida y la felicidad a esas familias.

–¿Y cómo se puede conseguir que estos avances lleguen a quien los necesita con independencia de las posibilidades económicas de las personas y de las familias?

–Sin duda tiene que ser el sistema público el que introduzca estas tecnologías. Ya se está haciendo en este momento. Estamos llegando a todas las comunidades autónomas gracias a un fondo que ha dispuesto el Ministerio de Sanidad para introducir este tipo de exoesqueletos. Están empezando a beneficiarse muchas comunidades autónomas. Tenemos de plazo este mes de junio para que todas las comunidades hagan sus peticiones. Algunas ya las han formulado: Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid, Galicia...

–¿Ese fondo está suficientemente dotado?

–La dotación es suficiente. Si las comunidades autónomas emplean correctamente esos recursos, van a ver cosas espectaculares. El objetivo es llegar poco a poco a todas las familias, incluso con conciertos con centros pequeños privados, para que pueda llegar también a todos los rincones, incluso a familias que no están tan cerca de un hospital.

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