En medio de un duelo que casi se medía por quién devolvía más fuerte la última patada, el Tenerife asestó un contragolpe que abriría el marcador. Omar perfiló el desmarque, desde banda izquierda, a la espalda de los centrales del Sporting. Un movimiento con el que tumbó a la zagra gracias a un balón largo medido que le hizo plantarse solo ante Alberto con Guitián como único perseguidor. No perdonó el tinerfeñista. Un golpe necesario para que el Sporting empezara a despertar.

Los carruseles de cambios fueron descubriendo a un Sporting un tanto más combativo, que volvió a hacerse con el dominio del juego y apretó al meta chicharrero durante los últimos veinte minutos de juego. Avisó, por dos veces, Mendi, con hambre de repetir su protagonismo en Les Caleyes. Se le fue al avilesino un cabezazo arriba, y otro remate con la diestra, pero los guajes del Pitu daban síntomas de ir a más.

La banda izquierda del Sporting terminó aguando la fiesta a la afición tinerfeñista. El mismo costado en el que pudo verse una curiosidad dentro del ensayo general del Pitu. Álex Menéndez actuó como extremo, mientras que Canella lo hizo como lateral. Otra variante que queda sobre la mesa para posibles emergencias. No fueron ninguno de estos dos los autores del tanto del empate, fue Jony, en aparición desde la banda contraria, quien hizo bueno un pase entre líneas de Álex Menéndez para poner las tablas. El zurdazo del cangués besó la cepa y se fue para adentro.

La igualada tuvo que romperse desde el punto de penalti, la fórmula para decidir al ganador de la tercera edición del trofeo "Ciudad de Santa Cruz". El mismo que sucede ya a Osasuna y Elche, los ganadores de las dos anteriores ediciones, respectivamente. Ahí le falló la técnica al Tenerife. Ricardo León mandó el balón a las nubes y Alberto recibió la parada de su tocayo. No fallaron Jony y Nacho Cases, mientras que Nano hacía el primero de los locales al tercer intento. Juan Muñiz siguió con el pleno, contestó Aitor Sanz, y Álex Menéndez falló el primero. Faltaba otra parada de Alberto, sobre Pedro Martín, la que decidió.