Cálida bienvenida

El Sporting volvió a jugar en casa y ante su público. La afición sportinguista recibió a los suyos con una sonora ovación. El encuentro ante el Palermo suponía el reencuentro, sesenta y nueve días después, entre aficionados y equipo. Una comunión inseparable que la temporada pasada dio sus frutos y que se antoja que será importante para hacerse fuertes en El Molinón.

Un estadio que pisaba por primera vez Omar Mascarell y el debut no pudo ser más satisfactorio. El canario atrajo todos los focos al ser una cara nueva para la parroquia rojiblanca ya que la de Canella, que regresa tras su cesión en el Deportivo, es bien conocida por todos.

El futbolista canario recibió en todo momento el cariño de los aficionados, primero durante la presentación individual de los futbolistas, con una ovación calurosa que hizo subir los decibelios y, posteriormente, cuando realizó los ejercicios de calentamiento para participar en la segunda parte del encuentro. Dos momentos que no pasaron desapercibidos para el futbolista. "Desde que pisé el campo sentí el cariño de la afición y se lo agradezco en el alma", aseguraba el jugador tras su paso por la ducha.

Su debut en el estadio gijonés había sido positivo al lograr participar en la consecución del Trofeo "Villa de Gijón". El futbolista destacaba que "estoy muy contento por debutar ante nuestra afición, en este pedazo de estadio y además con una victoria".

Mascarell ha caído con el pie derecho tanto dentro del vestuario rojiblanco como fuera de él. El canario, a medida que avanzan los entrenamientos y se mete cada vez más en la dinámica del equipo ve mayores indicios para ser positivo y cree que "puede ser un buen año". "Somos un equipo joven, pero tenemos muchas ganas por conseguir cosas buenas y eso se nota en el campo", comenta. El apoyo de la grada no les va a faltar, buena cuenta de ello se dio ayer, desde el pistoletazo de salida.