"Solo nos vale ganar. Tenemos que sacar los tres puntos, como sea, ante el Eibar". Lillo, futbolista del Sporting, analizó ayer la situación en la que está inmerso el conjunto rojiblanco sin paños calientes. El alicantino, uno de los trece jugadores que se han incorporado al equipo esta temporada, fue contundente a la hora de hacer autocrítica a tenor de una racha que se resumen en haber sumado 5 puntos de los últimos 42 en juego. "Todos sabíamos que El Molinón apretaba, pero a lo mejor a muchos nos viene grande jugar en este estadio", sentenció. El defensa rojiblanco quiso además romper una lanza a favor de Abelardo. "Parece que la culpa sea del entrenador solamente. Él se puede equivocar, pero los que jugamos somos son otros. A lo mejor en vez de echar al entrenador tienen que echar a diez o doce nosotros", afirmó.

"Quizá es cuestión de confianza. Algunos jugadores estuvieron muy bien al inicio, pero hemos dado un bajón, y me incluyo. Tampoco el ambiente ayuda mucho. Semana tras semana hay mucha presión, no sumas, y esto se hace más complicado", comentó Lillo, en un primer momento, sobre la tensión añadida que pueda llegar a notar el Sporting cuando juega en casa. El discurso del alicantino, que en un principio parecía enfocado a reivindicar que era tiempo de dar un paso adelante y coger el toro por los cuernos, terminó enmarañándose, obligando al jugador a ser más concreto.

"El Molinón aprieta, tanto a favor como en contra. Es normal que la gente se enfade y opine. No nos intimida, pero en cuanto haces un pase mal o el resultado se pone en contra, nos cuesta darle la vuelta el marcador o ganar el partido", explicó. En todo caso, subrayó que "sí se han visto casos en los que la presión se ha llevado hacia cierto jugador". El defensa rojiblanco quiso aclarar que, de cara al partido de este domingo, espera un clima en el que "El Molinón va estar expectante a lo que suceda en los primeros minutos. Va a ser parecido como el día de Osasuna".

Lillo, que descarta al Valencia en la lucha por la permanencia, en la que mete a Osasuna, Granada, Leganés y el propio Sporting, admitió que el vestuario está tocado. "Pasan las semanas y el equipo no suma. Parece que el tren se nos va, pero queda mucho. Llevamos doce puntos, a lo mejor podemos superar todavía los quince de año pasado", apuntó.

"Todos creemos en sacar esto adelante. Si no, qué hacemos aquí. Todos estamos en el mismo barco y el que no esté, que se baje y se vaya", subrayó el polivalente defensa del conjunto gijonés, que ya se ve recuperado de las molestias de rodilla que le llevaron a infiltrarse para estar a disposición en Las Palmas. "No esperaba jugar. El míster había preparado otra táctica, pero Nacho Cases estaba tocado y decidió ponerme. Agradezco su confianza", explicó.

El Sporting espera la llegada del Eibar, que visitará El Molinón este domingo, a las 18.30 horas, como el encuentro para zanjar la crisis y recuperar crédito. Un buen conocedor del conjunto armero es Lillo, ya que jugó allí tres temporadas. "Él Eibar sabe a lo que juega y tiene un entrenador que trabaja bien, tanto ofensiva, como defensivamente, pero me interesa poco. Solo me interesan los tres puntos", concluyó Lillo.