El padre Fueyo y el Papa Francisco están unidos por el fútbol, en lo bueno y en lo malo. Ambos tuvieron, durante años, la tarea de animar a los jugadores de sus equipos antes de los partidos, y ambos fueron apartados del vestuario con la llegada de nuevos técnicos. La llegada de Rubi ha impedido que Fernando Fueyo siga rezando una oración con los jugadores antes de los partidos. Una situación similar a la de Jorge Bergoglio, el actual Papa Francisco, al que echó el "Coco" Basile del vestuario de San Lorenzo en 1998, cuando por entonces Bergoglio era Arzobispo de Buenas Aires.

Así lo cuenta en un vídeo que se ha hecho viral en las últimas horas en las redes sociales el propio "Coco" Basile, en una entrevista en una televisión argentina, en la que cuenta los detalles de su llegada a San Lorenzo en 1998 y como decidió que el cura que daba la mano a los futbolistas antes de los partidos ya no lo hiciera más.

Basile añade al final del vídeo la anécdota cuando años después le comentaron que sino sabía quién era el nuevo Papa. "Claro que sé quien es", respondió Basile, al que instantes después le recordaron que era el Arzobispo de Buenas Aires, la misma persona que había decidido que no estuviera en el vestuario en los instantes previos al partido para "no desconcentrar a los jugadores".

La polémica viene relacionado con la situación del Sporting, ya que Rubi tomó la decisión a su llegada de no permitir la entrada de los auxiliares al vestuario en los instantes previos al partido. Ahí se incluía al delegado, los médicos y también al capellán del Sporting.

La decisión causó división de opiniones entre la afición, entre los que se mostraron en contra de romper con una tradición de larga trayectoria en la entidad, y los que consideran que puede ser algo acertado si sirve para conseguir la permanencia del equipo.

Fernando Fueyo, en una entrevista esta semana en LA NUEVA ESPAÑA, reconocía que "ahora rezo por el equipo, pero con el mando a distancia", mostraba su disgusto por la decisión, pero trataba de restarle hierro al asunto.

"Cada maestrillo tiene su librillo y Rubi tiene la norma de que en el vestuario no estén más que los jugadores para no perder concentración. Mario Cotelo me comunicó un día, con pena, que ni a él, ni al médico, ni a los auxiliares, ni a los masajistas se les deja estar. La verdad es que no me gustó, pero tampoco le di demasiada importancia. Obedezco, aunque no me parezca la mejor solución. Yo no quería que se hubiera generado esta polémica a la que soy totalmente ajeno", explica Fernando Fueyo.