Lo que parecía una jornada propicia para que el Sporting se acercase a la permanencia se terminó convirtiendo en una losa para las esperanzas de los rojiblancos. La sorprendente victoria del Deportivo de La Coruña ante el Barcelona y el meritorio empate del Leganés en Sevilla hacen inútil el punto sumado por los de Rubi en Mestalla, donde una vez más merecieron mejor suerte. Con once partidos por disputar, la permanencia del Sporting parece cada vez menos factible. Más aún si se tiene en cuenta que los rojiblancos sólo han sido capaces de ganar cuatro de los primeros veintisiete duelos.

A falta de cinco minutos para terminar el choque de Mestalla, las cosas pintaban bien para los rojiblancos. El partido parecía controlado y el Sporting ya se relamía con tres puntos inesperados. El calendario, además, anunciaba dos compromisos de máxima exigencia para Leganés (en el Sánchez Pizjuán) y Deportivo (ante el Barcelona en Riazor). En ese momento, el Sporting estaba a cuatro puntos de la permanencia y parecía reenganchado a la pelea.

Todo se torció en un balón pingón metido por Cancelo al corazón del área rojiblanco. Zaza no alcanzó al remate, pero despistó a los centrales del Sporting y Munir, casi sin querer, puso la pelota en la escuadra. El Sporting se dejó dos puntos vitales, que ganaron importancia a medida que avanzó la jornada y se conocieron el empate del Leganés y la victoria del Deportivo.

El Sporting se queda a siete puntos del Leganés (con el golaverage a favor) y once partidos por disputar. En la pelea por la permanencia se ha colado un invitado inesperado, como es el Málaga de Jony y Luis Hernández, que aún tiene pendiente pasar por El Molinón.

El relevo en el banquillo rojiblanco se ha traducido en una mejoría evidente en el juego y en la imagen del equipo, pero no ha tenido reflejo en la clasificación. Rubi está clavando el mismo promedio de anotación que había firmado Abelardo. El técnico catalán ha sumado seis puntos en nueve partidos, mientras que el Pitu logró doce puntos en dieciocho encuentros.

El tiempo se le agota al Sporting, penúltimo clasificado, y lo peor es la dificultad del equipo para conseguir victorias. Como el mal estudiante, el Sporting tiene que hacer en el último tercio de la temporada lo que no consiguió en los dos primeros. El partido ante el Granada del próximo domingo es la última bala que le queda a los rojiblancos. Si no ganan, dirán adiós a la categoría.