El consejo de administración del Sporting ya informó en su última junta general de accionistas de que tiene previsto destinar casi la totalidad del fondo de compensación al descenso al último pago de la deuda concursal. Al Sporting le corresponden nueve millones de euros de la Liga en un único pago que no hay que devolver por haber perdido la categoría. El Sporting tiene pendiente de devolver a la Liga 1,5 millones correspondientes al fondo de compensación de su anterior descenso en la temporada 2011-12 (entonces el pago se hacía en dos temporadas y había que devolverlo). Ese dinero será retenido por la Liga, por lo que el Sporting recibirá únicamente 7,5 millones.

El grueso de esa cantidad ya tiene destino. El Sporting afronta en el próximo mes de diciembre el pago de 6,7 millones de euros de deuda subordinada, que suponen la última factura del proceso concursal en el que se vio inmerso el club y que comprometió su supervivencia.

Una consecuencia del descenso es que el club ha tenido que aplazar proyectos que tenía previsto desarrollar si seguía en Primera División. El más evidente es que el club no ha podido acometer la recompra de la escuela de fútbol de Mareo, un proyecto que Javier Fernández siempre ha tenido en mente. En Segunda División, es una operación inasumible. También se han quedado en el camino algunas obras de mejora que se habían proyectado en la escuela de fútbol de Mareo como la ampliación de la sala de prensa o la cubrición de la pista de fútbol sala.

Son los efectos colaterales de un descenso. El Sporting, en todo caso, afronta su regreso a la categoría de plata en un escenario muy diferente al de su último ascenso, que logró con una plantilla que no pudo reforzarse al estar el club sancionado por la Liga y con una situación económica que, posteriormente, se confirmó crítica. La supervivencia del club pudo estar comprometida de no haber mediado aquel inesperado ascenso del Sporting de los Guajes.