Un mensaje de prudencia y optimismo, pero a la vez de exigencia. Javier Fernández, presidente del Sporting, pero también advierte de que el equipo no puede seguir escudándose en cuentas ficticias, y que la racha de resultados tiene que llegar ya si se quiere luchar por el ascenso. El presidente rojiblanco respaldó ayer a Rubén Baraja, con quien charló en tono distendido en varios momentos de la comida para homenajear a los aficionados que cumplen 50 años como socios del club de forma ininterrumpida.

"La situación actual no es grave. Soy optimista por naturaleza. De cara al exterior, la plantilla y el cuerpo técnico transmiten una ilusión de que no hay nada perdido. Aún tenemos 15 partidos para recuperar el déficit de puntos que tenemos", destacó el presidente del club, antes de advertir de que no valen excusas: "No es suficiente con ganar en casa, hay que empezar a puntuar y de verdad fuera", resaltó.

Javier Fernández reconoció ayer en el homenaje a los socios veteranos que es uno de los actos que más le gustan. "Es el más entrañable del año, el club se tiene que sentir orgulloso de esta gente que cumple 50 años siguiendo al club con esta fidelidad". Y aprovechó la cita para pedirles que crean en la opción de lograr un buen resultado a final de temporada. "Confiemos en que este año seamos capaces de lograr el objetivo marcado", señaló dirigiéndose a los socios y también a Rubén Baraja, a quién nombró en su discurso. "Todo el club estamos formando una piña empeñados en lograr ese objetivo", añadió.

Cuestionado sobre si la situación del Sporting es grave, ya que se encuentra a cuatro puntos del play-off, Javier Fernández optó por recetar tranquilidad y pidió un arreón al equipo aprovechando la presencia de Canella y Sergio Álvarez: "Hay que intentar coger esa racha de tres o cuatro triunfos seguidos, que ya han tenido otros equipos, pero que no hemos conseguido aún".

El presidente lanzó un mensaje de respaldo al entrenador, y lo hizo echando la vista atrás a aquella temporada 1967-1968, la primera de los socios ayer homenajeados en la entidad. "En 1968 íbamos terceros a falta de tres jornadas, había algunas posibilidades aún de lograr el objetivo, pero como los directivos siempre tenemos algo que tocar o estropear, se echó al entrenador, y el Sporting acabó quinto", comentó en alusión a la destitución de Galarraga y el cambio por Badás.

Javier Fernández aprovechó la ocasión también para recordar ante socios y jugadores veteranos del club que "esta temporada hemos alcanzado la tranquilidad económica que tanto aspirábamos, que es una tranquilidad real y sin artificios, ya sea en Segunda o Primera". Y apuntó también que "los socios de honor formáis parte de un club selecto, de una de las mejores aficiones de España, que año tras año se viene demostrando a través del número de abonados y viajeros a los partidos fuera de casa".