Fue también la banda derecha rival la que amenazó al conjunto de Baraja en los albores del partido. Curro, un zurdo a pierna cambiada que además de capitán es líder de todo lo bueno que fabrica el Sevilla Atlético, afilaba cada ataque y hacía multiplicarse a la defensa del Sporting para tirarle coberturas a Canella. El centrocampista camerunés Eteki era el otro quebradero de cabeza de los del Pipo. No se sufría, pero tampoco había sensación de total control visitante. Al menos, hasta que el Sporting estrenó el marcador.

Jony armó la izquierda para tirar un cambio de juego que inició una jugada preciosa para acudir a la cita con Quini. Carmona recibió pegado a la cal, se perfilo cara a la portería, y esperó la llegada de Calavera para lanzar el cuero a la espalda del bueno de Chacartegui. El lateral catalán recibió ya en el área, en plena carrera, y su pase raso al segundo palo encontró a Rubén García para que el valenciano empujara a la red un balón rematado por todo el sportinguismo. El Sporting defendió el marcador, sin apenas apuros, hasta el descanso, ante un rival que perdió a su entrenador, expulsado por protestar al árbitro. El filial hispalense quería cumplir con lema del primer equipo: "Dicen que nunca se rinden".

La lluvia acompañó el inicio de una segunda parte en la que el Sevilla Atlético mandó a Curro a la banda izquierda como intento de fijar las subidas de Calavera y encontrar alguna fisura en la zaga gijonesa. El primero en conseguirlo no fue el andaluz. Fue Jony. El cangués tardó cinco minutos en empezar a encadenar regates y tirar dos diagonales en forma de aviso. No se libró el Sporting, sin embargo, de sufrimiento.

Dos ocasiones locales, a balón parado, hicieron a Baraja temer por el resultado. El Pipo movió el banquillo para ganar en altura y sacrificio a costa de perder calidad arriba. Hernán Santana y Pablo Pérez entraron al campo en lugar de Rubén García y Nano Mesa. El canario estuvo cerca de plantarse en el área antes de terminar frenado por Eteki, gigante también en lo defensivo. Carmona lanzó el libre directo para que Ondoa se luciera. A partir de ahí, el equipo captó el mensaje enviado desde el banquillo, y se dedicó a defender. Los andaluces empezaron a crecer a base de balones parados que iban poniendo nervioso al Sporting. Especialmente a Álex Pérez. Dos errores del madrileño, primero tras comerse un balón a la espalda que Marc Gual no acertó a aprovechar, y después, con una falta a destiempo a pocos metros de la frontal que hizo que Curro se frotara las manos. Apareció Mariño para despejar el peligroso envío del capitán del Sevilla Atlético. No hay partido en el que el gallego no aparezca para librar al equipo o minimizar los daños.

El desenlace acabó siendo más apurado todavía. Álex Pérez quiso enmendar sus anteriores errores yendo a por todas de cabeza en un balón aéreo disputado con Chacartegui. El choque de trenes terminó con ambos en el suelo y fue el rojiblanco el más perjudicado. Terminó retirado en camilla y evacuado al hospital. El equipo se quedó con diez para afrontar un descuento en el que se echó el resto para aguantar un resultado que vale su peso en oro. El Sporting vuelve a ganar fuera, tras más de cuatro meses sin hacerlo; regresa, tras quince jornadas, a los puestos de promoción; encadena cuatro partidos sin recibir gol y cumple con el homenaje que querría Quini.