Conocedores ya del desenlace de la eliminatoria que los ´guajes´ de José Alberto habrán de remontar frente al Elche en la Escuela de Fútbol de Mareo este domingo a las cuatro de la tarde, los hombres de Baraja saltarán al césped de El Molinón Enrique Castro ´Quini´, buscando también darle la vuelta a ese marcador adverso al que se hicieron acreedores, en respuesta al pobre juego desplegado en Valladolid y a la preocupante, aunque no novedosa, endeblez defensiva mostrada ante los pucelanos.

Sería sin duda una motivación extra a añadir a todas las que se están recibiendo desde el jueves en el vestuario de la primera plantilla, el hecho de saber que el filial para poder seguir aspirando a un ascenso real y no ficticio, necesitaría el que sus ´mayores´ cumplieran igualmente con sus deberes.

Sea o no sea ese el escenario al inicio del partido, sobran razones para que un equipo que partió en la temporada con el único objetivo del lograr el ascenso, dé la cara ante un estadio que estará lleno hasta la bandera y responda con hechos a todo ese apoyo, del que lleva disfrutando incluso en los peores momentos.

La más que acertada autocrítica que en caliente realizó Jony, el autor del gol de la esperanza, debe tener cumplida respuesta sobre el campo desde el pitido inicial.

Las palabras del ´Pipo´ Baraja tras el último entrenamiento previo al encuentro en el que el míster podrá volver al banquillo tras su sanción, no dicen nada que cualquier aficionado no pudiese tener en mente: este equipo está más que capacitado para lograr la remontada, pero para ello habrá de dar un paso adelante, jugando sin prisas pero sin pausa. Mente fría, corazón caliente.

Ante el partido más importante en lo que va de temporada, pero con la convicción de que tras éste, todavía habrá otros dos aún de mayor importancia que disputar, Baraja a priori podrá disponer de su ´once de gala´. Sería el conformado por Mariño, Calavera, Alex Pérez, Barba, Canella, Carmona, Bergantiños, Sergio, Jony, Rubén García y Santos.

Quien se vestirá con sus mejores galas será el vetusto estadio de la vera del Piles, para recibir a su equipo y ser esa olla a presión capaz de "cocinar" al rival más pintado. En ese sentido no preocupa en absoluto la presencia en las gradas de unos 500 seguidores blanquivioletas ante las más de 20000 gargantas rojiblancas que nunca permitirán (y que además jamás perdonarían) que los suyos pudiesen en ningún momento arrojar la toalla o dejar de creer.

Ha llegado el momento del ser o no ser para el Sporting. El ser capaces de seguir en la lucha por el ascenso o el no ser merecedores de toda la confianza depositada en este proyecto y en sus miembros; ni tampoco en aquellos que lo diseñaron.

Las vibraciones que se respiran en la ciudad son las mismas que las de las vísperas de aquellas grandes gestas que este club ha protagonizado en sus más de cien años de historia. Esa confianza máxima entre los aficionados de que la remontada es más que posible, es de la que deben contagiarse los propios jugadores rojiblancos. No pueden haber excusas para un fracaso, cuando todos los ingredientes llaman a alcanzar el éxito.

Este domingo, poco antes de las diez y media de la noche, Gijón y todo el sportinguismo quiere y se merece poder seguir soñando. Y pobre del que quiera robarle la ilusión.

Post Scriptum: con independencia del rival al que el Sporting pudiese enfrentarse en esa hipotética (pero segura) final por el ascenso, ¿tiene ya el club decidido si repetir el reconocido gesto hacia sus socios en forma de desplazamiento gratuito? De no ser así, no debería dudarlo. Porque hay amores fieles que no tienen precio.