"Ya me tocaba volver a vivir una alegría". Álex Barrera (Viella, Siero, 12-5-1991) es uno de los héroes de Almendralejo. La humilde ciudad que vivió su época dorada en Primera con el peculiar "Mono" Montoya defendiendo la portería del Extremadura ha sido la última en disfrutar del ascenso a Segunda. El exrojiblanco ha sido una de las piezas claves de este éxito, dos años después de decir adiós al Sporting, el club que defendió desde que llegó a Mareo con 7 años, y tras una campaña en el Zaragoza.
- Enhorabuena.
-Muchas gracias. Ha sido una temporada larga, complicada en muchos momentos, pero estamos felices por lo que hemos conseguido.
- Fue una apuesta de riesgo la suya el ir a un club de Segunda B tras haberse hecho un hueco en el fútbol profesional.
-Lo mejor para mí era esto, arriesgarme. Llevaba tiempo sin jugar, sin confianza. El Extremadura tenía un proyecto muy bueno para volver a Segunda. Me ha salido todo como quería.
- ¿Cómo ha sido la temporada?
-En lo personal, muy buena. He participado mucho y he vuelto a sentirme futbolista. El objetivo era subir, desde el primer momento.
- ¿Cómo se vive que el entrenador que inició la temporada, Juan Sabas, fuera destituido, le sucedieran otros dos técnicos, y fuera el mimo Sabas después el que regresara y subiera al equipo?
-El proyecto era fuerte en busca no sólo de subir, sino de estar en el primer puesto desde el principio. El equipo siempre estuvo arriba, pero nunca como líder. Eso motivó que hubiera mucho movimiento en cuanto a entrenadores. Al final, en el momento más importante de la temporada, fue cuando más juntos estuvimos. Todo el equipo. Se ha demostrado con el resultado.
- ¿Cómo se vive el fútbol en Almendralejo?
-Es una ciudad pequeña, pero aquí se vive muchísimo el fútbol. La gente está contigo, te conoce por la calle, está a muerte con el equipo. La media en el Francisco de la Hera fue de siete u ocho mil espectadores, una cifra muy alta para Segunda B. Son detalles que me hacen estar más contento por haber venido. Tengo otro año más de contrato. Me siento muy querido y aquí seguiré. Ahora toca disfrutarlo.
- Se le vio con la bandera de Asturias en la celebración.
-Me la llevé al Cartagonova (estadio en el que se jugó el partido de vuelta de la fase de ascenso), pero dudé en meterla en la maleta hasta el último momento. Son de esas cosas que luego, si no logras subir, te llevas un palo. En todo caso, había que celebrarlo con los colores de la tierra.
- La próxima temporada volverá a pisar El Molinón.
-Es uno de los alicientes, de las cosas que más me alegran de subir a Segunda: el poder volver a mi casa. Me hubiera gustado incluso disputar la fase de ascenso ante el Sporting B y haber vuelto antes. Al final será a lo grande. La categoría va a ser muy complicada, pero cualquiera puede destacar en Segunda. Hay ganas.
- ¿Cómo ve al Sporting?
-Ojalá el año que viene consiga ese ascenso que se merece. El Sporting debe aprovechar la buena campaña del filial. Cualquier futbolista que destaca en Segunda B, como muchos de los jugadores del filial, puede hacerlo muy bien en Segunda. Deseo que le salgan bien las cosas.
- ¿Se arrepiente de no haber renovado por el Sporting hace dos años?
-Tuve la oferta de renovación durante toda la temporada. El equipo iba en descenso, quizá se contaba con no permanecer en Primera, y cuando finalmente el equipo se salvó, se me retiró esa propuesta. Me quedé un poco tocado. Te arrepientes de, en su momento, no haberlo aprovechado. Quizá decides mal en unos momentos, pero tomé esa decisión, fue lo que tocó. Ahora, también gracias a eso, he vivido algo tanto bonito como lo que estoy disfrutando en el Extremadura.
