"Es una nueva experiencia para todos y tenemos que acostumbrarnos a este nuevo tipo de situaciones. Es algo revolucionario". Rubén Baraja, entrenador del Sporting, valora de esta forma el desarrollo del calendario de manera asimétrica, lo que provoca que la secuencia de los partidos ya no sea la de jugar una semana en casa, y la siguiente, fuera, como método habitual. Tampoco se establece el mismo orden de enfrentamientos durante la primera y la segunda vuelta. "Es algo a lo que todos tenemos que acostumbrarnos", detalla el Pipo, con cuatro fechas claras en su mente: la del inicio, las dos del derbi, y la del final.

En el caso de los rojiblancos, el inicio de la competición está marcado para el 19 de agosto en Santo Domingo, el mismo campo donde abrió la competición la pasada campaña. "En cualquier lugar de España un 19 de agosto suele hacer calor, por lo que esperamos que el horario sea a última hora de la tarde, que en Madrid hará un poco mejor", comenta Baraja de los rigores climatológicos que, a buen seguro, acompañarán al Sporting en una fase en la que los futbolistas pueden acusar más este tipo de desgastes. "Se repite un poco el calendario del año pasado", recuerda, con una sonrisa, aunque en aquel entonces él no estaba todavía en el banquillo gijonés, y fue Paco Herrera el que se trajo un punto del primer partido, en Alcorcón. "Tenemos que jugar los mismos partidos en casa y fuera. Al igual que sucede con el resto del calendario, que al final nos tenemos que enfrentar a todos los equipos", observa Baraja, que intenta restar importancia al orden establecido, aunque hace algunos matices.

"Siempre es positivo jugar ante nuestro público, sabemos de lo importante que va a ser para nosotros El Molinón. Si tenemos dos partidos seguidos en casa al principio intentaremos tratar de aprovecharlo para hacer las cosas bien", detalla el entrenador rojiblanco sobre la segunda y tercera jornada del campeonato en la que recibirán, de manera consecutiva, a Nàstic de Tarragona y Extremadura. Este último, uno de los recién ascendidos a la categoría. El comienzo no parece especialmente exigente para los gijoneses.

Rubén Baraja sí que tiene muy en cuenta que los duelos ante el Oviedo tienen un significado diferente al resto de los disputados en la competición. No lo oculta, aunque sí da una menor relevancia al hecho de que los rojiblancos vayan primero al Tartiere y luego sea quienes reciban a los azules en El Molinón. Un orden inverso al vivido la pasada campaña. "Un derbi siempre es diferente, independientemente del escenario. Trataremos de llegar en las mejores condiciones porque sabemos de transcendencia y la importancia que tiene para nuestros aficionados", subraya.

Otro de los momentos a los que el Pipo da especial valor es aquellos que compartirá con el sportinguismo lejos de Gijón. La primera gran Mareona se espera para la cuarta jornada, cuando el Sporting rendirá visita al Deportivo de La Coruña. "Sentimos con mucho cariño que la gente nos apoye fuera. Lo vimos el año pasado en Valladolid, Lugo, Zaragoza... Es algo que el futbolista siente y también que nos ayuda mucho en los partidos. Tener a tanto sportinguista contigo, fuera de casa, es un plus", destaca.

Baraja también muestra abiertamente que le seduce la idea de concluir la temporada junto al sportinguismo. "Me gusta que el último partido sea en El Molinón. El Cádiz es un magnífico rival y en esta Liga, que va a estar tan apretada en cuanto a rivales y dificultad, acabar en casa siempre tiene su influencia. Esperamos que podamos estar jugándonos cosas importantes y lo podamos hacer delante de nuestro público", concluye el entrenador del Sporting.