En noviembre de 2016, Rubén Baraja sustituía a José Ramón Sandoval como entrenador del Rayo Vallecano. Justo dos años después, el fútbol les enfrentará en un escenario que ambos conocen con detalle. El Pipo se mide con el Sporting al Córdoba del que fuera técnico rojiblanco entre 2012 y 2014. El mismo Córdoba que se salvó en la última jornada de la pasada campaña a costa de endosarle al Sporting la derrota más amplia desde la llegada de Baraja a Gijón (3-0). Costó, además, ceder la tercera plaza para una promoción de ascenso que acabó en descalabro para los gijoneses. Pasado mañana (El Molinón, 21 horas), Baraja tiene su particular revancha ante el peor visitante de la categoría. El conjunto del de Humanes es el único que no ha puntuado a domicilio.

"No puedo saber los motivos de la destitución. Mi punto de partida es éste y el mensaje tiene que ser positivo", comentó Rubén Baraja sobre Sandoval cuando asumió las riendas del Rayo. El Pipo aterrizó en el banquillo de Vallecas tras las primeras 13 jornadas de la 2016-17, y lo dejó 13 jornadas después. 15 puntos había sumado Sandoval en su segunda etapa Vallecas, donde antes había logrado un inesperado ascenso a Primera. Baraja hizo 13 puntos. El Pipo ha aprovechado su paso por Gijón para mejorar al madrileño. En sus 60 partidos de Liga obtiene una media de 1,76 puntos. Sandoval, en 70 partidos, alcanzó un promedio de 1,44 puntos.

La temporada 2017-18 se inició con los dos entrenadores en el paro. El paso de las jornadas abrió nuevas oportunidades de trabajo a través de las destituciones. Rubén Baraja llegó a Gijón en diciembre de 2017, como sustituto de Paco Herrera. Una plaza, la de El Molinón, que conocía ya a fondo Sandoval, que tuvo que esperar un poco más para encontrar destino. En febrero de 2018 se convirtió en el cuarto técnico que fichaba el Córdoba en esa misma campaña. Los dos clubes acertaron con su contratación. Tanto el Pipo como el de Humanes se erigieron como los grandes revulsivos de dos conjuntos al alza en la segunda vuelta. El desenlace, sin embargo, fue diferente.

Baraja fue testigo y víctima en el Nuevo Arcángel de la espectacular remontada del conjunto califal, que consiguió la salvación en esa última jornada después de recortar, en apenas tres meses, una diferencia que alcanzó los trece puntos respecto a la zona de tranquilidad. El Pipo dio por bueno entonces un cuarto puesto final en la tabla que no muchos esperaban meses antes, cuando alcanzar la promoción empezaba a verse ya como una buena conquista. Una trayectoria impecable como las ocho victorias que llegó a encadenar de manera consecutiva, igualando el récord histórico del club rojiblanco fijado en la temporada 1956-1957, fueron algunos de los argumentos. Incluso el equipo llegó a ocupar puesto de ascenso directo. El final fue cruel. Para el Sporting y para él. El Valladolid pasó por encima del conjunto rojiblanco, (3-1, en Zorrilla; 1-2, en El Molinón), en una promoción de ascenso a Primera para olvidar.

El caprichoso fútbol vuelve a juntarles en momentos complicados. El Pipo está en el foco de las críticas de una afición decepcionada con el juego y los resultados. Tanto, que en el último partido en casa se pidió su destitución de la misma forma que la marcha del consejo de administración. Sandoval, por su parte, aceptó el reto de volver a obrar un pequeño milagro al frente de un Córdoba que prescindió de él en verano y le rescató a días de iniciarse le competición en medio de problemas económicos que han mermado la confección de la plantilla. El empate ante el Dépor de la pasada jornada ha dado algo de aire a un equipo que pudo así abandonar el farolillo rojo, pero sigue a la espera de estrenar su casillero de puntos lejos del Nuevo Arcángel. El que salga ganador en El Molinón dará un paso para salir del apuro. El perdedor quedará en una posición muy delicada.