En la época de Manolo Preciado, el Sporting se acostumbró a vivir finales de temporada de tensión, incertidumbre y sufrimiento. Al menos la nota positiva era que el final era feliz, pero antes los rojiblancos debían pelear duramente por sus objetivos. La temporada 2008-2009, la del retorno del Sporting a Primera, tuvo un desenlace frenético. Solo restaban tres jornadas para acabar la Liga, el Sporting había caído en Almería 3-1, y tenía 34 puntos (a dos de la permanencia). La plantilla y la afición estaban tocadas, porque el Sporting acumulaba nueve partidos sin ganar. Pero Preciado creía en el milagro, y en hacer un pleno de nueve puntos para lograr la permanencia. Y ese camino hacia la salvación se inició con un sufrido triunfo ante el Málaga por 2-1 en El Molinón el domingo 17 de mayo de 2009.

El Sporting jugó de inicio ante el conjunto andaluz con Cuéllar; Sastre, Gerard, Iván Hernández, Raúl Cámara; Matabuena, Diego Camacho; Pedro, Kike Mateo, Diego Castro; y Barral. En la segunda mitad entraron Bilic por Pedro, José Ángel por Raúl Cámara y Michel por Diego Castro. El Sporting se adelantó pronto por medio de Gerard, tras rematar de cabeza en un saque de esquina. El Málaga empató por medio de Weligton. Y en la segunda mitad Helder Rosario marcó en propia puerta al intentar despejar un centro de Diego Castro.

La nota positiva de aquel partido fue la recuperación anímica, física y de juego del Sporting, que logró un triunfo merecido tras nueve jornadas de dudas y mal fútbol ante un Málaga que también era un recién ascendido a Primera, pero que no pasó apuros esa temporada e incluso estuvo cerca de clasificarse para jugar la Copa de la UEFA.

Preciado decidió ante el Málaga prescindir de dos delanteros de inicio, que había sido la tónica de las últimas semanas, y Kike Mateo volvió a tener una aportación fundamental para el equipo, igual que lo había hecho la temporada anterior para el ascenso a Primera.

La crónica del partido de LA NUEVA ESPAÑA, titulado "El Sporting vuelve a creer" señala que el equipo gijonés "después de nueve jornadas recordó como se gana un partido y, además, con todas las de la ley. Mereció sobradamente la victoria porque puso mucho de su parte y porque el Málaga fue cualquier cosa menos un aspirante a la UEFA".

Ese triunfo hizo creer en la salvación al Sporting, que después de esa jornada logró otro triunfo agónico (1-3) en Valladolid y en la última jornada se impuso al Recreativo (2-1), que ya estaba descendido. La temporada los rojiblancos la acabaron con 43 puntos y el que descendió a Segunda fue el Betis, en un dramático partido frente al Valladolid en la última jornada, que acabó con empate y con el conjunto verdiblanco en Segunda.