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La lupa

El atacante versátil del Rayito

Aitor Ruibal, máximo goleador de los madrileños, destaca por ser un delantero con mucha movilidad y buen juego por la banda

Aitor Ruibal, a la derecha, celebra un gol con el Rayo Majadahonda esta temporada. LALIGA

Ya saboreaba el Sporting el pase de ronda de Copa del Rey, cuando un disparo cruzado a falta de quince segundos para el minuto 90 de Aitor Ruibal llevaba el partido entre el Rayo Majadahonda y el Sporting a la prórroga. Ahí comenzó la racha goleadora de la principal referencia ofensiva del conjunto madrileño. Tras marcarle a los rojiblancos obtuvo cinco tantos en Liga, lo que le hacen ser el máximo goleador del Rayito, rival de hoy del Sporting en El Molinón.

Aitor Ruibal (Manresa, Barcelona, 1996) es un atacante polivalente. Se adapta a la perfección al juego ofensivo del Rayito, con jugadores con movilidad, que pueden actuar tanto por dentro como por fuera. Igual que le sucedió a Aitor García, ahora de rojiblanco, que en Gijón juega de extremo pegado a la banda izquierda, pero que en el conjunto madrileño lo hacía más en punta.

El Rayo Majadahonda es el tercer equipo que menos marca de Segunda, con 22 tantos en 26 partidos. El Tenerife, con 20, y el Nàstic, con 15 goles, son los equipos que tienen peores cifras en ataque en la categoría. De ahí que los goles de Aitor Ruibal sean determinantes para un equipo que pelea por la permanencia.

Su llegada al conjunto que ahora juega en el Cerro de Espino, y que antes lo hizo en el Wanda, tuvo lugar el pasado verano. Llegó procedente del Betis en calidad de cedido. En el conjunto andaluz aterrizó en el verano de 2015 y estuvo tres temporadas, con un carrusel continuo de emociones. El primer año sufrió un descenso, al siguiente festejó la vuelta a Segunda B, y en su última temporada, pese a sus ocho goles, no pudo evitar que el filial bético bajase de nuevo a Tercera. Esa temporada, la 2017-2018, fue no obstante especial para él, ya que debutó con el primer equipo del Betis. Apenas fueron ocho minutos los que tuvo para jugar, tres ante el Atlético de Madrid primero y cinco después frente al Málaga, en un partido en el que tuvo muy cerca marcar, tras una asistencia de Nahuel que no llegó por muy poco a rematar. El premio de debutar le llegó tras una exhibición en Cartagena, donde marcó dos goles en dos minutos.

Esa temporada del debut con el Betis fue de altibajos, porque su abuelo, su gran apoyo futbolístico, falleció tras detectársele un cáncer terminal que se lo llevó en un muy poco tiempo. Esa circunstancia hizo que primero su madre se lo ocultase para que no bajase su rendimiento, y que después le afectase. "No jugaba bien, me enojaba por todo y con todos. El entrenador me sacó del equipo titular. Tardé un mes en reponerme", reconoció Ruibal.

El verano pasado acabó cedido en el Cartagena, club con el que no logró subir a Segunda, precisamente por culpa del Rayo Majadahonda, el equipo en el que ha recalado este año. Ruibal está disfrutando esta temporada de mucha participación en el Rayo. Solo se quedó sin jugar en la primera jornada de Liga, y ha sido ya en 21 partidos titular. Y poco a poco, a base de goles y minutos, trabaja para acercarse a su sueño de volver a jugar en Primera, donde tuvo una participación esporádica, pero con la ilusión de repetirla de forma más intensa en el futuro.

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