La noche inolvidable de Dani Martín

“Es lo mejor que me ha pasado”, dice el guardameta sobre su debut con el primer equipo del Sporting

En la mente de Dani Martín (Gijón, 8-7-1998) resuenan de forma recurrente los gritos del público de El Molinón coreando su nombre, el día de su debut con el primer equipo rojiblanco en una eliminatoria de Copa del Rey frente al Numancia, donde llegó a detener dos penaltis, uno en el encuentro y otro en la tanda de penas máximas. “Es lo mejor que me ha pasado en mi vida hasta ahora”, enfatiza el joven guardameta, actualmente en las filas del Betis, y que se recupera en su domicilio gijonés de una operación en su rodilla realizada por el doctor Antonio Maestro. “Debutar con el Sporting es el sueño de cualquier guaje de Asturias”, remarca Dani Martín, “poder debutar con tu equipo es increíble, pero que además salga todo perfecto, tal y como te lo imaginas la noche anterior, y que el público termine coreando tu nombre es lo máximo”.

Sin embargo, su camino hasta ese partido no fue sencillo. Llegó a Mareo con 11 años, tras hacer una gran campaña en categoría infantil con el Veriña. “Me llamaron desde el Sporting y no pude decir que no”, resume. Durante su primer año en la Escuela de Fútbol apenas perdió ni un partido con el cadete B rojiblanco. Pero para Dani “no fue un buen año. No nos sirvió para crecer porque no teníamos competencia. Íbamos demasiado sobrados en aquella categoría”, incide dando muestras de su afán de superación y crecimiento.

Aquel equipo lo conformaba una de las mejores camadas que pasó nunca por Mareo, la conocida como “generación del 98”, con Manu García, Nacho Méndez, Bertín, Pelayo Suárez y Berto Espeso, además del propio Dani Martín y otros como Pedro Díaz que llegaron después. “Tenemos muchísima amistad porque nos conocemos desde pequeños”, explica el guardameta, “los mejores recuerdos que guardo de esos años son los buenos momentos que pasamos juntos”.

Desde aquel cadete, la progresión de Dani Martín fue meteórica, pasando por el juvenil de Liga Nacional, el División de Honor y, finalmente, el Sporting B, en Tercera División. El cancerbero fue quemando etapas a velocidad de vértigo: en cada equipo que llegaba, aunque fuera para cubrir una lesión, se asentaba. “Fui aprendiendo mucho, sobre todo los años que menos jugaba o peor nos salían los resultados”, incide. “Los partidos lo que te dan es la confianza, pero donde mejoras realmente es en los entrenamientos”, explicita Dani Martín, fiel a su ética de trabajo. “Intento dar el máximo, ser cada día mejor, y eso hace que te prepares para los partidos”. En edad juvenil ya fue incluso convocado con el filial rojiblanco, a las órdenes del “Pitu” Abelardo y, un año después, se asentó como portero del Sporting B, tras su descenso.

“Ese año en Tercera fue espectacular, de aprendizaje total para todos, con lo que supone el salto de categoría y jugar con gente adulta”, explica Dani Martín. Aquella campaña lograron el ascenso de nuevo a la categoría de bronce, y en Segunda B, con el mismo equipo, casi logran la machada de subir a Segunda, aunque terminaron cayendo con el Elche. Ese fue el año que debutó con el primer equipo, en el duelo copero contra el Numancia. Al año siguiente, ya era el segundo portero del primer equipo.

“Prácticamente no jugué nada, pero das un salto de calidad espectacular, es un cambio muy grande, incluso en la velocidad del balón”, rememora. La lesión de Mariño a falta de cuatro jornadas para acabar la Liga dio la alternativa a Dani Martín en Segunda División, donde jugó los cuatro últimos encuentros, frente a Mallorca, Lugo, Zaragoza y Albacete.

Ese verano, fruto de sus buenas actuaciones, fue convocado con la selección española sub-21 para disputar el Europeo que terminaron ganando junto a otro exsportinguista, Jorge Meré. El Betis se fijó entonces en su figura y acabó fichándole. “Salir de tu ciudad, de estar con tu familia, es complicado, no estás acostumbrado, así que tomar la decisión es difícil, pero es complicado rechazar una oportunidad así”, relata el portero, que deja claro que, aunque tiene contrato con el club sevillano hasta 2024 y “quiero triunfar en el Betis”, no descarta su vuelta al Sporting a largo plazo. “Me encantaría volver”, confirma.

Sobre todo, para poder jugar en el primer equipo del Sporting con sus compañeros de generación, sus amigos. “Me dan mucha envidia, me encantaría estar con ellos”, incide Dani Martín, “la amistad que tenemos es muy grande y es un orgullo verlos ahí”. Un éxito que no sorprende lo más mínimo al portero. “Se veía desde pequeños que eran muy buenos e iban a llegar al primer equipo”, zanja quien lleva guardándoles las espaldas desde cadetes.

Suscríbete para seguir leyendo