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Pablo Pérez celebra su gol frente a la PonferradinaLaLiga

Pablo Pérez: El triunfo de un gladiador

“No deja de trabajar aunque tenga todo en contra, es ejemplar”, dicen del canterano sus técnicos tras brillar en Ponferrada

Pablo Pérez firmó el domingo ante la Ponferradina uno de sus mejores partidos como rojiblanco. Marcó un gol, provocó un penalti y dio una asistencia en un tanto anulado que debió subir al marcador. Unos datos que cogen aún más peso teniendo en cuenta las circunstancias del encuentro: un partido frente a un rival directo, en un campo tan complicado como El Toralín y debutando como titular en la punta de ataque ante la baja del “pichichi” de la categoría, Uros Djurdjevic, y con el brazalete de capitán. Pero el canterano rojiblanco sabía que ese podía ser un punto de inflexión.

Pablo Pérez, de pequeño, junto a su entrenador Josito de la Cera, de La Inmaculada

“Venía de una racha mala, sin apenas jugar, y sabía que tenía que aprovechar la oportunidad”, enfatizan desde su entorno, donde celebraron sobremanera el buen encuentro del gijonés a pesar del resultado. “Estamos muy contentos, pero hay que mantener los pies en el suelo”, explican tras la gran actuación del futbolista formado en la Inmaculada. “Es consciente de que tiene que seguir trabajando para poder tener más oportunidades y, cuando las tenga, aprovecharlas”, añaden. Porque esa, la ética de trabajo, es una de las características que mejor definen al canterano rojiblanco y una de las causas de que lleve ya casi una década asentado en el primer equipo.

Pablo Pérez celebra su primer gol en la primera plantilla del Sporting

“Es un gladiador”, resume Marco Díaz, uno de los primeros técnicos de Pablo Pérez en Mareo, donde llegó en edad juvenil procedente de la Inmaculada. “Nadie le regaló nada, todo se lo ganó a base de trabajo”. Ya desde que aterrizó en Mareo, en un año en el que el Sporting fue semifinalista de España en edad juvenil. “Tenía mucha competencia en el ataque, con Álex Serrano, Juan Mera o Álvaro Bustos”, recuerda Díaz, “siempre supo sufrir y seguir trabajando, con constancia, aunque lo tenga todo en contra” para poder llegar al primer equipo. “De aquella generación, quizá no era el que mejores condiciones tenía, pero a base de trabajo, sin una mala cara ni un mal gesto, fue el que consiguió llegar al primer equipo y asentarse”, explica el que fuera su técnico. Una tónica que se repite año a año. “Al principio de temporada siempre está cuestionado, traen a nuevos jugadores y parece que no va a contar, pero siempre acaba entrando en el equipo y teniendo continuidad, y acaba dando rendimiento”, valora, rematando que “hay pocos jugadores con esa capacidad humana”. Por todo ello, Díaz asegura que “es un ejemplo de la casa para la gente joven”. Una máxima que se refuerza al ver la multitud de mensajes que sus compañeros de vestuario le dedicaron aplaudiendo su esfuerzo durante este tiempo y la merecida recompensa del gol.

Pablo Pérez, con la camiseta conmemorativa de sus 100 partidos con el Sporting

Como también lo es en la Inmaculada, donde decidió quedarse para jugar junto a sus amigos hasta edad juvenil, cuando finalmente fichó por el Sporting, tras mucho insistirle. “Desde benjamines ya marcaba muchas diferencias”, recuerda Tino García, su primer entrenador, “ya tenía esa galopada y esa zancada, aunque era un tirillas”. Sin embargo, el valor diferencial de Pablo Pérez es “su cabeza, siempre la tuvo muy bien amueblada: sabe lo que quiere, lo que tiene que hacer para conseguirlo y está muy bien aconsejado por su familia”. A todo ello, García suma que “como persona es excepcional”.

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