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Iñaki y Gerardo, máster en Sporting y ascensos, hablan de las claves de lo conseguido con Preciado y Abelardo

“Trabajo y pelea hasta el último segundo, no se logra de otra manera”, afirman quienes integraron el cuerpo técnico del regreso a Primera en 2008 y 2015

Por la izquierda, Gerardo Ruiz e Iñaki Tejada, ayer, junto la estatua de Manuel Preciado en El Molinón. | Marcos León

“Va a tocar sufrir hasta el final, pero como siempre, ¿eh?”. Iñaki Tejada y Gerardo Ruiz asumen con naturalidad el pulso que afronta en estas últimas cuatro jornadas el Sporting para regresar a la máxima categoría. Ellos tienen un máster en sportinguismo y ascensos. Miembros del cuerpo técnico de Manolo Preciado en 2008 y de Abelardo, en 2015, guías de los dos últimos viajes a Primera del conjunto gijonés, son optimistas sobre si ahora el equipo jugará el play-off. Lo de después es otra cosa. “Para subir a Primera hay que trabajar y pelear hasta el último segundo, no se consigue de otra manera”, remarcan. Sus historias son puros ejemplos de ello.

“Falleció en 2012. ¡Nueve años han pasado ya, Iña”, comenta Gerardo Ruiz a Tejada cuando ambos se acercan a la estatua de Manolo Preciado, a escasos metros de El Molinón. “Ha pasado todo demasiado rápido”, contesta quien fuera segundo entrenador del cántabro y, más tarde, del Pitu, en el Sporting. “Manolo (Preciado) era un motivador a diario, era amigo de los jugadores. Así se los ganaba. No le hacían falta esas charlas para enchufar a la gente en los partidos importantes”, prosigue Tejada. “Tuvo un grupo de jugadores lanzaos, atrevidos, y supo llevarlos muy bien”, amplía Gerardo.

Iñaki Tejada y Gerardo Ruiz, ante la estatua de Preciado Marcos León

Para poner en contexto la relevancia de Gerardo e Iñaki en la historia reciente del Sporting sirve simplemente con repasar su currículum. Gerardo fue preparador físico en el club desde 1995 hasta 2017. Iñaki entró como entrenador en Mareo en 1997 para quedarse veinte años. Ambos progresaron desde las categorías inferiores. Los dos, tras la destitución de Manolo Preciado, aceptaron dar un paso atrás y entrenar en el filial. Eso en un mundo como el del fútbol, dominado por los egos, es difícil de encontrar. Volvieron y subieron otra vez a Primera.

“¿Empezamos hablando de ese ascenso, el de 2008?”, propone Gerardo, con una memoria precisa para recordar fechas. “De aquella estuve tres meses sin poder dormir. Sólo dormí antes del último partido, ante el Eibar, y porque tomé algo porque ya no aguantaba más”, dice Iñaki. “Los txuri-urdin (la Real Sociedad) nos metieron mucha presión, amigo. Aquello era ir mirando cada jornada los resultados, porque tuvimos una trayectoria un poco irregular”, continúa Gerardo. El Sporting llegó a la penúltima jornada con la necesidad de sumar en su visita al Castellón para seguir en la pelea por la tercera plaza, la última que daba acceso directo a Primera (el formato para promocionar de categoría era distinto al actual, subían los tres primeros). Cayeron 1-0. Y mientras en el campo se masticaba la decepción de ver escapar el regreso a Primera, llegaban noticias desde Vitoria, donde la Real Sociedad, su rival por la tercera plaza, iba ganando al Alavés. “Aquellos goles de Jairo y Adrián fueron la gloria, pero volvimos muertos de miedo”, apunta Gerardo sobre los tantos del Alavés, ambos con firma asturiana, que permitieron encarar la última jornada dependiendo de sí mismos. Tocaba sumar en casa, ante el Eibar. Y cumplieron.

“Preciado decía algo así como ‘hemos llenado el caldero de leche, no podemos pegarle una patada ahora y tirarlo todo’”, recuerda Iñaki. 2-0, con goles de Bilic y Luis Morán. “Fue el triunfo del grupo. Todos estaban a una”, señala Gerardo. “Arriba disponíamos además de gente muy brillante como Diego Castro, Bilic, Barral, Kike Mateo...”, completa Tejada. “¡Uf!, todavía me acuerdo de aquel golazo de Diego Castro contra el Cádiz. Aquel día, en el Carranza, estaba en el palco el presidente de la Real Sociedad -los donostiarras habían jugado horas antes en Málaga- y no me digas, pero hasta el portero del Cádiz subía a rematar los córners. Fue duro”, apunta Gerardo. No sabían que el destino había bendecido a los rojiblancos con el ascenso.

“El segundo ascenso fue el premio a un equipo más constante”, comenta Iñaki Tejada para introducir ya el regreso a Primera del Sporting en 2015. “La juventud suele ir unida a la locura, a la revolución. Ese Sporting tenía gente joven que eran como rayos. Iban pa arriba y pa abajo. Ese equipo no palmaba ni pa Dios”, completa Gerardo. Iñaki confiesa que ha echado un vistazo al móvil para recordar los tremendos números que firmaron los rojiblancos aquella temporada. En resumen: 21 victorias, 19 empates y solo 2 derrotas. “Y mira, 27 tantos en contra”, apunta el vasco. Tremendo.

“No me gusta a mí eso de que lo de subir la última jornada fue un milagro. ¿Sabes qué contesto cuando me lo dicen? A ver, amigu, mira todos esos números y los récords que hizo ese equipo. Va a tardar mucho en repetirse. Tuvo mucho mérito”, destaca Gerardo. Ambos coinciden en que el Sporting actual, el de Gallego, tiene en la fortaleza defensiva una de las grandes similitudes con aquel equipo de “los Guajes”. “Si siguen así, a nada que tengan acierto arriba, ascienden”, sentencian.

Si en el anterior ascenso tuvieron en Preciado la referencia que marcaba el paso en el vestuario, en el de 2015 Abelardo ejerció como líder de aquel ascenso igualmente inesperado por la diferencia en cuanto a estructura y capacidad económica con otros equipos. “El Pitu fue internacional, entraba por la puerta y era un líder entre aquellos chavales. Además, todo lo que decía cobraba sentido. Ya lo dije en su día, tiene callu y ye medalla oro. Eso cala”, destaca Gerardo sobre la figura del Pitu. A pesar de la magnífica campaña de los rojiblancos, que alcanzaron finalmente los 82 puntos, hubo que esperar a la última jornada para saber si el equipo ascendía de manera directa. Para ello, necesitaban ganar en el campo del Betis y que el Girona, que recibía en Montilivi al Lugo, pinchase. El resto es historia del Sporting.

“Fue la Mareona –1.500 sportinguistas que arroparon al equipo en el Villamarín- la que con sus gritos nos avisó de que pasaba algo. Había terminado el partido (0-3) y yo ya estaba pensando en jugar el play-off porque sabíamos que el Girona iba ganando”, recuerda Iñaki. El grito del gol del Lugo fue un terremoto. “Empezamos a celebrarlo, pero luego vino un paisano y nos dijo que el partido se había suspendido por el lanzamiento de una botella... ‘El Bombillu’ (Jorge García, utillero) llevaba radio y nos iba diciendo. El partido se reanudó, el Girona marcó y luego se lo anularon... Una locura ”, apunta Gerardo.

Entre las imágenes de aquella celebración, queda en la memoria de muchos ver a Iñaki Tejada hacer una voltereta sobre el césped del Villamarín. “No sé, fue espontáneo. Pero, ojo, eso fue en la primera celebración, antes de que se parara el partido en Montilivi. Luego me fui al vestuario, llamé a mi mujer, y ella, que ya había apagado la tele pensando que habíamos ascendido, me empezó a relatar lo que pasaba en el partido ante el Girona hasta que sí, subimos”, explica Iñaki llevándose las manos a la cabeza. “Ojalá suframos igual y en unas semanas estemos celebrando otro ascenso”, concluyen.

El Sporting celebra el ascenso de 2008. LNE

La quiniela, excusa para “el buen rollu” que dio el ascenso de 2008

“La clave del ascenso de 2008 fue el buen rollu”, resume Gerardo Ruiz. “Esa temporada quedábamos los jueves o viernes a hacer la quiniela en Casa Ángel (un restaurante de La Guía) y hacíamos un pincheo sobre la marcha. Era una cosa que empezó sin más intención, pero acabábamos juntándonos siempre unos quince. Eso sí, en la quiniela no dimos ni una”, explica Iñaki Tejada. “En la celebración del ascenso recorrimos toda la ciudad en autobús descapotable. Todavía recuerdo pasar por La Calzada y ver a mis padres en la ventana”, añade Gerardo. La emoción le impide seguir hablando.

Isidro, Abelardo, Quini, Gerardo y Maribona celebran el ascenso en el Villamarín LNE

Isidro, el otro técnico que vivió los regresos ante Eibar y Betis

Si Iñaki Tejada han dedicado su vida deportiva al Sporting, culminada con dos ascensos, Isidro completa la terna de técnicos que vivió desde dentro el regreso a Primera de 2008, ante el Eibar, y de 2015, ante el Betis. El leonés, exjugador del Sporting, fue el entrenador de porteros en ambas etapas. La vida ahora lleva a cada uno por diferentes cauces. Gerardo Ruiz disfruta de su jubilación en Gijón, mientras que Iñaki Tejada vive a caballo entre Gijón y Bilbao, donde ejerce como profesor en el centro de enseñanzas deportivas Kirolene. El vasco, a su vez, está en búsqueda de equipo para retomar su carrera en los banquillos.

Álex Menéndez, Sergio y Álex Barrera, tras la permanencia en Primera en 2016 LNE

Cinco años de la última permanencia en Primera, el adiós a “los Guajes”

“Mantenemos contacto con muchos, ¡ho! En unos días me voy a ver a Miguel de las Cuevas a Córdoba. Somos muy amigos”, comenta Gerardo Ruiz sobre el vínculo que mantienen con jugadores del Sporting con los que compartieron alegrías y ascensos. Iñaki y Gerardo también hacen planes para irse este verano de vacaciones juntos mientras en Gijón se cumplen cinco años de otro éxito que no fue un ascenso, pero parecido. El Sporting de “los Guajes” logró el 15 de mayo de 2016 su última permanencia en Primera, la misma que cerró el ciclo de aquel equipo al que se quiere parecer el ahora dirigido por Gallego. “Ahí quedan Carmona y Pablo Pérez. Y más gente en el club”, recuerdan Iñaki y Gerardo, deseosos de más alegrías.

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