Así fue el homenaje a las cuatro generaciones de socios que cumplieron 50 años de fidelidad: "El Sporting es nuestra vida"

"Estaremos la altura de lo que habéis vivido", prometió David Guerra en el acto

Andrés Menéndez

Andrés Menéndez

Alicia Rodríguez tiene 91 años, y está eufórica. Como en una nube. No por ella, explica, sino por su marido –Segundo Miguel– su amor de siempre. Él, de 87 años, era uno de los 162 socios pertenecientes a cuatro generaciones (69-70, 70-71, 71-72, 72-73) que ayer fueron reconocidos por su fidelidad a unos colores recibiendo las insignias de oro. Lo hicieron precisamente en El Molinón, en su segunda casa. "El Sporting es media vida. Me hace tanta ilusión", cuenta Segundo, que vive un sueño. "Lo es todo para él", confiesa Alicia.

Una socia conversa con Guerra, ayer en El Molinón | J. Plaza

Una socia conversa con Guerra, ayer en El Molinón | J. Plaza / A. Menéndez

La pandemia alteró la hoja de ruta. Impidió que el homenaje se celebrase en los últimos tres años. Por todo ello el de ayer fue uno de los más especiales que se recuerdan. "Les agradezco la comprensión y la paciencia. Vamos a trabajar día y noche para que logremos el objetivo de llevar al club donde se merece. Tenemos que estar a la altura de lo que han vivido", comenzaba a hablar David Guerra, quien hizo alusión en su intervención inicial a los gestos de la nueva propiedad con la historia. El último, como citó el presidente ejecutivo del Sporting, darle la puerta 3 a un histórico como Cundi.

Las cuatro generaciones de socios del Sporting que cumplieron 50 años, ayer en el homenaje en El Molinón. | J. Plaza

Las cuatro generaciones de socios del Sporting que cumplieron 50 años, ayer en el homenaje en El Molinón. | J. Plaza / A. Menéndez

Muchos familiares en la grada, igual de emocionados siguiendo el homenaje, con sus teléfonos móviles en mano.Allí se mezclaban varios tiempos en el club, el pasado y el presente: estaban a ras de césped y entregando las insignias de oro dos capitanes del actual proyecto (Djuka y Jony), un emblema de la institución (Joaquín Alonso) y el entrenador, Miguel Ángel Ramírez, el más aclamado por los seguidores. Con el técnico canario, muy cercano a los socios en todo momento, hubo quienes bromearon, intercambiaron historias, opiniones, se hicieron fotos...

Los distinguidos –fallaron muy pocos, apenas una decena– vivieron un homenaje pleno, en plena entrañas del estudio. Incluso hubo quienes se fotografiaron en los banquillos. Otros quedaron impresionados con el buen estado del césped. Primero se hicieron una foto de familia numerosa. Luego, por pequeños grupos, fueron recibiendo la insignia de oro. Por ahí desfilaban por orden alfabético los socios (primero Abilio Rodríguez, Alberto Cuervo, Alberto Moro... en adelante). Algunos eran rostros ilustres del Sporting, como Tino García, exjugador rojiblanco y uno de los más populares en el encuentro. "Es un reconocimiento por mantenerme fiel a la entidad durante cincuenta años... Conocí la Tribuna de madera. Estuve en la zona Norte. Soy un gijonés orgulloso y sportinguistas. Me hicieron socio con 10 años", explica. También Juan Alonso, quien pasó por el filial rojiblanco.

"Pensé que este día no iba a llegar nunca. Ha tardado mucho en darse. Es un reconocimiento estar aquí", añadió. Y otros igual de reconocidos dentro del sportinguismo. Como el gran Aurelio Rodríguez, histórico presidente de La Carbonera, toda una vida acompañando al club rojiblanco y compartiendo su fidelidad por el histórico colectivo. O Juanjo Morán, de la Peña Yo Solu. También algunos ilustres aficionados de la Grada Oeste, que han vivido ese sentimiento sportinguista desde niños y que, pese a los malos momentos, a los enfados y a las pocas alegrías, ahí siguen e incluso han continuado compartiendo su sentimiento con sus descendientes: Joaquín Morilla, José Carlos Martínez... Aficionados siempre cercanos con el club. "Pues imagine como me siento... Llevo en Gijón desde los siete años y es un orgullo inmenso que me reconozcan así. Llevo este sentimiento de ser sportinguista en mi corazón. Y lo llevaré siempre", cuenta José Castillo, presente.

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