El nuevo Gaspar, de los secretos del Burgos al trabajo con un psicólogo en rutinas de concentración: "Vuelvo hecho un paisano, me he ganado una nueva oportunidad"

«Quiero ser importante, jugar en El Molinón es un privilegio y creo que el fútbol de Ramírez me puede ayudar», asegura el canterano tras hacer siete goles en uno de los equipos revelación de Segunda División

Gaspar Campos, este jueves, en Mareo.

Gaspar Campos, este jueves, en Mareo. / ANGEL GONZALEZ

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

«No había vuelto a Mareo desde que salí cedido. Ahora casi no sé ni dónde aparcar». Gaspar Campos-Ansó Fernández (Gijón, 2000) se siente «como si fuera un fichaje nuevo». El canterano regresa a la disciplina rojiblanca tras un año redondo en el sorprendente Burgos, líder durante varias jornadas e inquilino habitual del play-off hasta los últimos partidos del campeonato. «Ha sido un año de aprendizaje», subraya durante su conversación con LA NUEVA ESPAÑA, mientras las palas y los camiones trabajan a su espalda. Las obras de la nueva residencia de Mareo y las mejoras en el campo 2 han cambiando el escenario en el que lleva jugando al fútbol durante casi toda su vida.  

–Muchas novedades ¿no?

–Pues sí, sorprende un poco. Desde mi salida al Burgos sólo vine prácticamente un par de veces a Gijón y fue para ir a El Molinón, concretamente el día del partido ante el Granada y el del derbi. Gran partido el primero y el otro... cuesta, siempre cuesta.

–¿Cómo de cambiado vuelve usted?

–Pues parecido a lo que se ve en Mareo (sonríe). Vuelvo hecho más paisano, como se dice aquí. Aprendí mucho en Burgos. Salir te ayuda a valorar otras cosas y menos, el fútbol. 

–¿A qué se refiere?

–Pues por ejemplo: a valorar menos un mal partido, una ocasión fallada... Antes si jubaba mal, o la temporada iba mal, me iba jodido. Digamos que me afectaba para los siguientes partidos. He aprendido a cambiar esas cosas, a que no me afecten tanto ciertas cosas. Los números también ayudan. 

–Siete goles, 1.600 minutos en un equipo que ha estado más de treinta jornadas en play-off...

–Jugar, coger confianza, ayuda a ver todo de otra manera. El objetivo de la cesión era eso: liberarme y jugar como sé. Salió un año muy bueno. Me gané el derecho a estar aquí otra temporada más, por lo menos. 

–Fue despedido con mucho cariño en El Plantío, con pancartas de «ni Melchor, ni Baltasar, mi rey es Gaspar». 

–(Se ríe). La afición allí se volcó conmigo. No tengo ninguna queja. Se portaron de diez conmigo tanto la afición, como el club. A Michu, Calero y sobre todo, a los compañeros, les debo estar de vuelta en el Sporting. Si hubiera ido mal, a lo mejor usted y yo no estábamos hablando aquí.

–Usted se fue después de recibir silbidos en El Molinón ¿Qué recibimiento espera ahora?

–No quiero, ni espero ningún recibimiento especial. Quiero que sea lo más normal del mundo. Nada fuera de lugar. Quiero ser importante en el Sporting, eso sí.Siempre dije que para mí jugar aquí es un privilegio y siempre lo será. Creo que me he ganado una nueva oportunidad. 

–¿Qué le ha trasladado el club?

–Durante la temporada hablé mucho con David (Guerra, presidente ejecutivo) y Gerardo (García, director de gestión deportiva). Me mandaban mensajes o me llamaban, y sobre todo el último tercio de temporada, hablamos del futuro. También he recibido un par de mensajes de Miguel Ángel (Ramírez, entrenador) para quedar y charlar.Ambos hemos estado fuera de vacaciones y todavía no ha sido posible vernos. Habrá tiempo de sobra. Estoy con muchas ganas. No me gustan las vacaciones. Me apetece empezar otra vez ya. 

–¿Qué le pide el entrenador?

–Nada especial. Le pude conocer en Burgos, cuando jugó allí al Sporting. Me lo encontré por la calle, de paseo. Nada, nos presentamos porque no nos habíamos visto nunca.

–¿Quién se presentó primero a quién?

–Más bien nos presentaron. Él iba con Carlos (Castroagudín, preparador físico) y como nos conocía a ambos... Tampoco fue nada especial. Ese día había partido y tampoco queríamos, ni él ni yo, hablar de futuro. 

–Ha sido cariñoso con usted cada vez que se le ha preguntado en rueda de prensa.

–Sí. He visto algún vídeo. Bueno, veo casi todo del Sporting, demasiado veo (sonríe). 

–¿Qué temporada espera?

–Esperamos que sea mejor que las dos últimas. La última en la que estuve sufrimos mucho, y la que acaba de terminar la sufrí también y no es nada agradable, ni dentro ni fuera. Iremos viendo cómo avanza la temporada. A mí me gusta mucho el estilo que propone Miguel Ángel. Por la formación que usa y por cómo juegan las posiciones en las que puedo actuar yo. Sobre todo, me hablan muy bien del cuerpo técnico. Creo que son personas muy cercanas al futbolista y eso me da muchas más ganas de venir para que me ayuden a mejorar un poquito más. 

–¿Cree que ese estilo puede explotar mejor sus cualidades?

–Creo que es el fútbol que, si no es el perfecto, digamos que me puede ayudar muchísimo. Es un fútbol combinativo, de ataques rápidos, pero combinando por dentro.Los extremos vi que jugaban bastante por dentro y les da bastante libertad en ataque. Esto último es lo que noté sobre todo en Burgos, esa libertad para buscar el balón en izquierda, derecha o medio. En definitiva, estar cómodo en el campo. Vengo de que me haya ayudado Calero, pues ahora a intentar ayudar y que me ayude Miguel Ángel a explotar.

–Viene de estar unos días con Gragera en Formentera ¿Qué le ha dicho?

–Está un poco fastidiado. Se fue en enero y un descenso no era lo que esperaba.Está contento en elEspanyol y muy bien valorado por el club y por el cuerpo técnico que tienen ahora. Me alegro mucho de que en enero diera ese paso adelante porque es lo que él quería en ese momento. Llevo con él desde los cinco o seis años, en el mismo vestuario. Nos vemos cada poco, pero ya no todos los días como cuando estábamos en el Sporting. Es el fútbol. También he dejado amigos en el Burgos. 

–¿Hace falta fichar mucho o poco? ¿Más Mareo? ¿Qué opina?

–¡Lo mío es jugar! Siempre que se mira a Mareo creo que sale bien. Hace tres temporadas fuimos séptimos, subió el sexto, y éramos muchos de la cantera. Los fichajes siempre serán bien acogidos, pero insisto, no es mi función esa. 

–Ya que se fue Gragera, que siga Pedro Díaz.

–Ojalá. Es una decisión del club, pero los mejores tienen que estar siempre aquí, con nosotros.

–¿Qué secretos de la buena temporada del Burgos trasladaría al Sporting para no acabar como en los últimos dos años?

–La clave es la humildad dentro de la plantilla. Ir todos a una. No digo que no la hubiera aquí, ¡eh!, pero es lo que vi en Burgos y lo que nos llevó al éxito. Si el cuerpo técnico cree en una cosa, que toda la plantilla vaya en esa misma idea. Luego, trabajar, luchar y pelear sin objetivos ni vistas a futuro. Llegué para conseguir la permanencia y al final estuvimos líderes y en promoción un montón de jornadas.

–Si hablamos de humildad ¿en el Sporting pasa por asumir todos que quizá haya pasos intermedios que dar antes de considerar el play-off como un objetivo real?

–Puede ser. Es un tópico, pero es lo que dice el Cholo (Simeone): partido a partido. En el Burgos lo vivimos. En el momento en el que te veías arriba y decías: objetivo play-off, o ascender... lo siguiente era desinflarse. Puede que sea algo de lo que está pasando aquí. En un club como elSporting es normal que se hable de ascenso o de play-off, pero desde dentro tenemos que ir pasito a pasito, sin el objetivo de ascender ahora, así de repente. Llevamos dos temporadas decimoséptimos y hay que ser un poco realistas. Vamos a empezar la temporada, que tiene buena pinta. Sobre todo, por la idea del club de confiar en el cuerpo ténico y en los jugadores. Vamos a ver si va bien.

–¿De qué tiene más ganas ahora? ¿De volver a verse con la camiseta, de jugar en El Molinón?

–Del día a día. De volver a estar en Mareo, de vivir los entrenamientos junto a los compañeros con los que llevo toda la vida.También de compartir con los empleados del club, con la gente de oficina. Está claro que algo de lo que más ganas tengo es de El Molinón.Cuando fui a ver al Sporting ante el Granada y elOviedo... Apetece saltar al campo.

–En la calle ¿qué le dicen?

–Bueno, cuando las cosas van mal es normal que se critique, desde a los jugadores hasta el sistema de juego. Cuando salen bien es todo lo contrario, son todo flores.Hay que encontrar ese punto medio para que no te afecte ni lo muy bueno, ni lo muy malo. 

–¿Cómo se consigue eso? 

–Trabajo con un psicólogo.

–Cuénteme.

–Llevo trabajando con psicólogos varios años.Antes con Emi (Emilio González Nosti), que estaba aquí en elSporting y ahora está en la FederaciónEspañola de Fútbol, y ahora con otro chico, José Ángel Caperán, que me ha ayudado en otras cosas. 

–¿En cuáles?

–Otros métodos de trabajo que me han ido bien. Sobre todo, en ciertas rutinas que te ayudan a concentrarte mejor y alejarte un poco del ruido de fuera. El equilibrio, en todo caso, tengo que demostrarlo ahora, enGijón. 

–¿Avanzar en el máximo rendimiento en el fútbol parece que está ahí, en acabar de cuidar tanto lo emocional como se hace con lo físico o lo nutricional?

–Sí. Todo futbolista de élite trabaja ya con psicólogos. Estoy seguro de que los mejores lo hacen porque, si no, es imposible trabajar con la presión que maneja esa gente. Todo tiende a cuidarse mucho más que años atrás.

–¿Qué mensaje le manda a la afición?

–Entiendo que a la gente le canse, pero pido confianza, no plantear un objetivo más allá del día a día. Que se disfrute de cada partido en El Molinón como en un día de derbi. La unión de jugadores, club y afición siempre lleva a buen puerto. Espero que sea así. En definitiva: confianza y que se ilusionen, aunque sea un poco complicado.

Suscríbete para seguir leyendo