La contracrónica del Racing del Ferrol-Sporting: otra decepción, un viaje peculiar y una visita de un jugador que quiere volver

Otra nueva derrota fuera de casa deja una conclusión clara para los últimos días del mercado

Nacho Martín conduce un balón ante la mirada de Losada. | Área 11

Nacho Martín conduce un balón ante la mirada de Losada. | Área 11

Pablo Antuña

Pablo Antuña

El Sporting sigue transitando en la irregularidad, de una goleada pasa a otra pobre imagen

Segundo partido fuera de casa. De nuevo derrota. También por 2-0. Esta vez ante un equipo recién descendido, el Racing de Ferrol. Ya no vale la excusa del estreno, en Valladolid, ante uno de los punteros de la categoría, que el año pasado estaba jugando en Primera. Es cierto que el conjunto gallego se mostró muy sólido, con las ideas claras, como si llevase más tiempo en Segunda. También que le acompañó la pegada y la fortuna, cosa que en esta ocasión le dio la espalda al Sporting, con un gol anulado por poco, o sin Djuka tan acertado en la definición. Sería injusto resumir en solo la pegada las deficiencias del Sporting. El club se ha marcado como objetivo un delantero. El presupuesto y las fichas, a día de hoy, solo permiten una incorporación. Quedan aún cinco días, en los que pueden producirse más movimientos y que se abra la puerta también a un centrocampista, con la llegada de un mediocentro más creativo que pueda cubrir el vacío que ha dejado Pedro Díaz. Mientras ese puzle de la configuración de la plantilla sigue abierto, el Sporting navega un año más en la irregularidad. Con una de cal y otra de arena. Como si estuviese atrapado en el tiempo. Tan pronto aparece una goleada que ilusiona, que a la semana siguiente otro varapalo hace reaparecer las dudas. Van tres jornadas, aún es pronto, pero ese tránsito del Sporting en la irregularidad no invita al optimismo.

Herminio Martín, a la derecha, con otros peñistas, en los aledaños de A Malata.

Herminio Martín, a la derecha, con otros peñistas, en los aledaños de A Malata.

El entusiasmo de viajar para ver al Sporting por la tablet

La última vez que la Mareona había viajado a Ferrol, en 2008, la Autovía del Cantábrico aún no estaba finalizada y había que pasar por La Coruña, sin el ramal directo que existe ahora. Lo que ahora es un paseo, casi como el desplazamiento a cualquier punto de Galicia, durante un tiempo era una aventura para valientes. Por eso, después de 15 años de ausencia, la Mareona, pese a ser la tercera jornada de Liga, se tomó con muchas ganas este viaje. Hasta el punto de que algunos seguidores, sin entrada, disfrutaron del día en Ferrol, y siguieron el partido en los aledaños de A Malata desde una tablet, entre ellos Herminio Bravo, presidente de la peña Nunca Caminarás Solo. Un motivo que demuestra que, un año más, la afición rojiblanca con muy poco se ilusiona y se entrega. Solo falta que le corresponda el equipo desde el césped con buenos resultados.

La imperiosa necesidad de fichar un "9" para desatascar los partidos

La prioridad marcada desde hace tiempo de fichar un "9" quedó más que demostrada en el partido de A Malata. Fuese un espejismo o no el partido ante el Mirandés, con tres chicharrazos, en Ferrol se pudo visibilizar la inexistencia de un plan b en ataque. Si Djuka no tiene el día, no existe otro delantero que pueda salir desde el banquillo y desatascar los partidos. Con Campuzano descartado y sin citar, y con Jeraldino, pese a ser una apuesta de Orlegi, sin un solo minuto de calidad, el Sporting no tuvo ese revulsivo, ese aire nuevo de un jugador de área que pudiese cambiar el rumbo. El que más cerca estuvo de cumplir esa misión fue Esteban Lozano, con un gran cabezazo, que no subió al marcador por un fuera de juego milimétrico. El viernes se cierra el mercado. Y el Sporting necesita como mínimo un "9". Y si se produce alguna salida, también un centrocampista u otro jugador de área.

Más músculo en lugar de dos delanteros para jugar fuera

Como sucedió en Valladolid, Nacho Méndez volvió a jugar de mediapunta, justo detrás de Djuka, referencia ofensiva del equipo. Fuera de casa Miguel Ángel Ramírez optó de nuevo por buscar un mayor control, con más músculo en el centro del campo, en lugar de jugar con dos delanteros, como sucedió la última jornada ante el Mirandés en El Molinón. Varane, que jugó por primera vez este curso de titular, fue la novedad en la alineación, sustituyendo al lesionado Otero. Y para el resto de puestos repitieron los mismos que en el partido frente al Mirandés.

Zarfino, que lleva seis meses lesionado, referzo para animar desde la grada

El 25 de febrero ante el Tenerife, Zarfino disputó sus últimos partidos de rojiblanco. Una tendinitis rotuliana, que ya le llevaba tiempo dando la lata, le hizo parar. Parece asomar a la vuelta de la esquina su regreso, pero no acaba de llegar. Tiene el uruguayo ganas de volver a jugar y ayudar a sus compañeros. Por eso no lo dudó y ayer se animó a desplazarse a Ferrol para dar su apoyo al equipo. Un refuerzo moral para el grupo que, al igual que el millar de seguidores de la Mareona que se desgañitaron en la grada, no fue suficiente para que los de MAR se trajeran algo positivo de Galicia. La de Zarfino es una de las últimas piezas que quedan por liberar de una enfermería que va vaciándose poco a poco. Ramírez va recuperando efectivos. Este lunes ha dado día libre a los suyos. Y mañana vuelta al trabajo, con el Burgos esperando el sábado para visitar El Molinón (16.15 horas).

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