El Sporting, ante "Los odiosos ocho": así vería Tarantino el reto de Ramírez para reconquistar los derbis

El canario buscará salir de El Molinón con el primer triunfo ante el Oviedo desde 2019 en una prueba de engaños y capacidad de observación para seguir en el camino con destino al Red Rock del ascenso

Miguel Ángel Ramírez

Miguel Ángel Ramírez / LNE

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Una diligencia avanza por el invernal paisaje de Wyoming, con destino al pueblo de Red Rock. El fuerte temporal colapsa el camino y obliga a refugiarse en una misma cabaña a ocho extraños, iniciando lo que será un ejercicio de supervivencia en el que solo uno puede quedar vivo. Literal. Miguel Ángel Ramírez afronta este sábado una aventura similar a la de «Los odiosos ocho». Salvando las distancias y sin la literalidad del título de la galardonada película de Quentin Tarantino, el canario tiene en El Molinón su particular cabaña en la que tratar de sobreponerse a todo tipo de tretas para salir victorioso y continuar ruta hacia su particular recompensa, el ascenso. Lograrlo depende de saber manejar, a un mismo tiempo, capacidad de observación, euforia, fracaso, engaños… y, sobre todo, mantener pulso y paciencia.

«Nada es lo que parece. Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos», contaba en la presentación de la película Kate Russel, actor y uno de los papeles protagonistas en «Los odiosos ocho». Algo parecido sucede en el derbi asturiano. Ni hay claros favoritos, ni se suelen plasmar las dinámicas de jornadas anteriores. Con una salvedad, la convertida en principal amenaza para Ramírez. Ocho eran los derbis sin victorias rojiblancas cuando se inició la presente temporada. Nueve son ya sin contamos el empate de la primera vuelta. La cifra, como en el título de la película, es tremendamente odiosa para el sportinguismo. Sobrevivir al peor escenario posible hasta conseguir, para muchos, lo inesperado, es algo que ya ha demostrado saber hacer Miguel Ángel Ramírez. La prueba está en el pasado verano.

El sportinguismo le había empezado a poner la cruz después de ver al equipo lograr la permanencia sobre la bocina y despedir la temporada con una sonrojante goleada en casa ante la descendida Ponferradina. Trabajó entonces codo con codo con el presidente y la dirección deportiva para cerrar fichajes curtidos en batallas, para rearmar al equipo en busca de algo más que ofrecer una simple resistencia en la categoría. Así llegaron Yáñez, Hassan, Róber Pier, Pascanu, Roque Mesa… Por el camino, la salida de Pedro Díaz parecía un golpe bajo. El inicio de temporada mostró, sin embargo, el liderazgo de un entrenador capaz de formar un equipo competitivo. El Sporting se levantó y apuntó a los más gallitos.

La primera vuelta se completó a toda velocidad: siete jornadas sin perder; cinco semanas seguidas en ascenso directo, tres meses y medio entre los seis primeros puestos... El ritmo bajó una marcha y vive ahora una parada en seco en plena víspera del derbi. Nunca el equipo había sumado dos derrotas seguidas como ahora. Nunca había perdido, por lesión, a tantos al mismo tiempo: Guille Rosas, Campuzano, Zarfino, Yáñez… (sin contar a Insua, a quien se le espera de vuelta ante el Oviedo). En manos de Miguel Ángel está la capacidad de encontrar la vía de escape y devolver una victoria en un derbi que se resiste desde 2019. –Nadie dijo que el trabajo era fácil. –Nadie dijo que tenía que ser tan difícil tampoco.

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