La intrahistoria del Sporting-Valladolid en El Molinón: del "cañita al like" al despliegue policial

Enorme despliegue policial desde muy pronto, ambiente caliente, de partido distinto, muchísima gente en la ciudad y en el entorno del estadio, un millar de seguidores vallisoletanos desplazados, piquilla ente Pezzolano y Ramírez en la previa... Cosas del otro derbi, que además llegó siete días después del asturiano: el del Sporting y Valladolid, históricamente enfrentados, que, lógicamente, también llenó y conquistó a partes iguales a El Molinón.

El ambientazo en el estadio ayer fue tremendo, logrando una de las mejores entradas de la temporada (21.130 espectadores). El ritual, el de siempre en estos días grandes: bufandas al viento, decenas de camisetas rojiblancas, cánticos, padres y niños...

Encima, con un día estupendo: sol, cero nubes... Y el recibimiento al autobús rojiblanco, similar al de la pasada semana. Se notaba que el ánimo estaba por las nubes antes del partido. Que la victoria ante el eterno enemigo había sido un chute tremendo de adrenalina. Por acompañar, acompañó hasta el partido, con dos equipos que fueron a ganar.

La segunda gran taquilla en apenas una semana, donde Gijón –con o sin Mundial 2030– ha estado en el foco, al menos en Segunda División. Y, claro, los hinchas del Valladolid se encargaron rápido de recordar el porqué de su enemistad con el Sporting y su cercanía con el eterno enemigo del club rojiblancio. "Oviedo capital", gritaban desde la esquina antes de encontrarse con los abucheos de los seguidores rojiblancos, que volvían a pitar una y otra vez cada vez que sonaba por megafonía el nombre del Valladolid. Hubo también respuesta en forma de cántico por parte de la hinchada rojiblanca. El partido tuvo su partido en las gradas.

El partido reunió todos los alicientes que rodean siempre a estos dos encuentros, con dos equipos de gran historia y masa social. Y en el estadio del Sporting varios gijoneses que triunfan lejos de Asturias, pero que llevan a la ciudad y al club en el corazón: el periodista Edu Pidal, que vuela en la noche con Onda Cero, y también Pablo Ordorica, uno de los responsables de que Movistar Team sea tan seguido como querido por su trabajazo en las redes sociales y su mítico "cañita al like". También ha conseguido convertir en "hincha" rojiblanco –aunque sea por un día –a Nairo Quintana.

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