Mareona de frío, agua y decepción: así vivió la afición del Sporting la visita a Burgos

Más de 2.000 sportinguistas se dejan la garganta en Burgos: "Sporting, juegas en casa"

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

"Juegas en casa, Sporting juegas en casa". Más de 2.000 rojiblancos se dejaron la voz en Burgos para arropar al equipo en uno de los mayores desplazamientos de la temporada (por detrás de Santander y con permiso de los que quedan por venir). La jornada, iniciada ya el pasado sábado con el desembarco de una importante avanzadilla que participó en las jornadas de "Turismo deportivo" organizadas por Aficiones Unidas y LaLiga, hizo de El Plantío un lugar más agradable para los de Ramírez en medio de rachas de lluvia e intenso frío. "¡Que bote, que bote, que bote El Molinón!", cantó la Mareona en el antes y el durante. El después ya fue otra historia.

Por la izquierda, Javi y José Emilio Castillo, Rocío Vallina y Penélope Rodríguez. | Á. G.

Por la izquierda, Javi y José Emilio Castillo, Rocío Vallina y Penélope Rodríguez. | Á. G. / Ángel Cabranes

Familias, amigos y peñas, muchas peñas. Burgos vivió su fin de semana más sportinguista de la mano de una Mareona convencida de la victoria antes de que el balón echara a rodar. "Ganamos con gol de Gaspi, seguro", subraya la familia mierense Pérez Álvarez, integrada por Isabel, Marián, Lorena y José, antes de ocupar butaca en el campo. Ya estuvieron en Alcorcón y Santander, se desplazarán a Valencia y no se quisieron perder la visita a El Plantío. A su lado, mucho sportinguista. De Gijón, pero afincados en Burgos desde hace quince años, el matrimonio formado por Juan Baco y Lorena Blanco. La suya, una familia dividida. "Nuestro hijo mayor, Pablo, es del Sporting, y el pequeño, Hugo, del Burgos. Es que juega en las categorías inferiores", explica la madre, mientras los chiquillos corren en la explanada norte del campo, donde se ubica la "fan zone" en la que se mezclan, sin problemas, aficionados de uno y otro conjunto.

Miembros de la peña Mate Bilic. | Á. G.

Miembros de la peña Mate Bilic. | Á. G. / Ángel Cabranes

Los que llegaron el sábado aguantaron el ritmo también en la previa. "Partido difícil, pero algún día tendrá que perder el Burgos en casa. Va a ser contra nosotros", sentencia Argelio Cernuda, de la peña Ambar, refugiado del frío con gorro y bufanda del Sporting. "1-2, Otero y Gaspar de goleadores", se atreve a vaticinar Javi Castillo, un gijonés de diez años quien, acompañado de su padre, ya animó a los de Ramírez en Ferrol, Santander y "tenemos previsto estar en Miranda".

Aficionados rojiblancos, en El Plantío. | Á. G.

Aficionados rojiblancos, en El Plantío. | Á. G. / Ángel Cabranes

Desembarca entonces un autocar con casi sesenta sportinguistas, miembros de la peña Noceda. "Home, venimos a ganar, ho", afirman antes de posar para la foto ante el campo. Hasta entre los encargados de coger el volante, con amplia representación de conductores de la flota de autocares Cabranes, del Grupo Jiménez Movilidad, había un presidente de una peña, la de Nunca caminarás solo. "Hoy toca trabajar, pero tengo gente de la mía para apoyar en el campo. Tres puntos, apunta", desliza Herminio Martín Bravo.

Por la izquierda, José Pérez, Marián Pérez, Lorena e Isabel Álvarez. | Á. G.

Por la izquierda, José Pérez, Marián Pérez, Lorena e Isabel Álvarez. | Á. G. / Ángel Cabranes

"Y lo del Mundial, ¿qué?", se escucha entre las conversaciones. El debate, en este sentido, es intenso. Lo sabe Mari Llorca, presidenta de Portería Sur. "¿Tú que estás, a favor de Orlegi o del Ayuntamiento?", responde, a modo de resumen de lo que se cuece. Y ahí está el quid de la cuestión para la mayoría. No tardó El Plantío en reflejar el color rojiblanco que antes se había visto en el centro de Burgos y también en los aledaños del campo. Distribuidos en distintas zonas, el apoyo de los visitantes no alteró la comunión vista a lo largo de todo el fin de semana con la afición local. "Lo mejor para el Sporting, pero a partir de este partido", auguraba un seguidor blanquinegro en los prolegómenos. Fuera como fuese, lo cierto es que la Mareona, una vez más, convirtió un partido lejos de Gijón en lo más parecido a vivirlo en el campo más antiguo del fútbol español. No dio para evitar, eso sí, la decepción.

Suscríbete para seguir leyendo