Las claves que marcarán la vuelta del fútbol al Molinón: ganar para aspirar a la promoción y resaca del rechazo al Mundial

El vestuario del Sporting se niega a entrar en el pesimismo de quienes ven en la dinámica de los últimos meses algo más preocupante que un simple bache

Por la izquierda, Roque Mesa, Nacho Méndez y Fran Villalba, ayer, en Mareo.

Por la izquierda, Roque Mesa, Nacho Méndez y Fran Villalba, ayer, en Mareo. / Juan Plaza

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Después de días en los que los requisitos FIFA acabaron llevándose por delante la candidatura al Mundial y la visita a Burgos dejó al equipo fuera de la zona de promoción, el Sporting vuelve a El Molinón con ganas de recuperar la alegría. Los rojiblancos regresan al municipal gijonés tras la polémica generada en torno a la negativa del Ayuntamiento a las condiciones para ser cuidad anfitriona, con la necesidad de responder ante el Albacete para volver al play-off. El conjunto dirigido por Miguel Ángel Ramírez dormirá a un punto del ascenso directo y se situará tercero si logra el triunfo ante un cuadro manchego con urgencias diferentes. Los de Albés están a un punto del descenso y quieren huir de la quema cuanto antes.

El vestuario del Sporting se niega a entrar en el pesimismo de quienes ven en la dinámica de los últimos meses algo más preocupante que un simple bache. Dos victorias en los últimos once encuentros han obligado a rehacer las cuentas para cumplir con el reto adquirido alcanzado el ecuador de la temporada. El mismo sobre el que Miguel Ángel Ramírez y sus jugadores se apoyaron para aspirar a pelear por el ascenso al final de la temporada: mejorar los números de la primera vuelta. De momento, el déficit de tres puntos se quiere atajar ante un Albacete metido en problemas para lograr la permanencia.

El entrenador del Sporting utilizó la previa para resumir la situación de una manera sencilla. Todo pasa por ganar las siete jornadas que restan en casa. Independientemente del rival. Sus palabras dieron continuidad a la de jugadores como Diego Sánchez. De ahí que tome especial relevancia retomar la senda del triunfo esta noche para evitar males mayores. Si en el anterior duelo en el municipal gijonés, ante el Valladolid, en el empate final existía el atenuante de las ocho bajas que acumuló el equipo, ahora son tres menos y la jornada ofrece la oportunidad de poder trasladar la presión al resto de equipos metidos en la pelea por la zona alta.

Los rojiblancos también están en deuda con su afición. Especialmente con los que se desplazaron a Burgos. Más de dos mil sportinguistas se metieron setecientos kilómetros para quedarse helados entre la lluvia, el frío y la imagen de su equipo. Muchos repetirán, a buen seguro, esta noche en El Molinón, que viene de encadenar tres encuentros con más de veinte mil espectadores. Habrá que ver cómo se vive en una jornada de viernes. El horario no evitará, en todo caso, que para esta tarde vuelva a prepararse un nuevo recibimiento a la expedición del Sporting a su llegada a El Molinón. Antes de las 19.00 horas, todos los que puedan están llamados a situarse entre la avenida de Torcuato Fernández Miranda y la calle Luis Adaro.

Miguel Ángel Ramírez ha centrado el trabajo de la semana en intentar corregir los errores cometidos en la última jornada. El técnico insiste en la necesidad de volver a ser contundentes en las áreas como uno de los factores claves para conseguirlo. Se esperan varios cambios en el once y hasta vuelta al sistema más empleado a lo largo de la campaña. Todo para restablecer la tranquilidad de semanas anteriores en días convulsos por lo deportivo y lo extradeportivo. Recuperar el fútbol se hace indispensable para culminar de la mejor manera la temporada rojiblanca.

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