El Amorebieta castiga a un Sporting sin pegada ni ideas (3-1)

Los rojiblancos encadenan su cuarta derrota a domicilio y enfrían su candidatura al ascenso tras sucumbir ante el orden defensivo de los vascos

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

La visita al colista tampoco dio para ver al Sporting sumar fuera de casa. Los rojiblancos encadenaron en Lezama su cuarta derrota a domicilio en un partido en el que fueron a remolque ante un ordenado Amorebieta. El tempranero gol de Jauregi fue respondido por Otero al filo del descanso, pero un nuevo despiste defensivo en el añadido de la primera parte acabó situando por delante a los de casa, que pusieron la puntilla en los compases finales a través de Edwards. Fue el castigo a un rival sin ideas e instalado en un permanente atasco en el último tercio. El tropiezo enfría la candidatura rojiblanca al ascenso y deja a la Mareona, protagonista con más de 600 desplazados, de uñas. 

Estuvo lejos de ser el inicio deseado por el Sporting. Y eso que se encontró con lo esperado. El Amorebieta salió con lo de otras tantas veces. Cinco atrás, bien parapetado en defensa, y pendiente de hacer del balón parado su mejor aliado. Dicho y hecho. Mientras los de Ramírez acumulaban pasos horizontales, el conjunto vasco encontró en un saque de esquina el momento para ponerse por delante. Sacó en corto para después buscar la peinada de Bustinza en el primer palo. Etxeita la cazó en el corazón del área pequeña para encontrarse con la oposición de Insua. A la tercera fue la vencida. Jauregi le ganó la disputa a Róber Pier para estrenar el marcador y reafirmar el buen momento del colista. Iba a tocar sudar y mucho.

El Sporting no encontraba la forma de derribar el muro de contención levantado por Jandro. Tampoco ayudaba la acumulación por dentro de jugadores rojiblancos. Gaspar, novedad con Roque Mesa en el once, intercambiaba posición con un Fran Villalba situado de inicio cerca de Djuka. El valenciano parecía el hombre a buscar para perforar las ordenadas líneas rivales. El partido caminaba al descanso sin un solo disparo a portería de los gijoneses. Nervios entre los más de 600 sportinguistas desplazados a Lezama. Y entonces, Nacho Martín.

El de Noreña interpretó el espacio justo para pillar la espalda a Lasure y dejar a Otero mano a mano ante Magunagoitia. No perdonó el colombiano en el primer remate del Sporting, disparando con violencia al palo del guardameta del Amorebieta. Empate y respiro para un conjunto gijonés que parecía pensar con alivio en el tiempo de descanso. No hubo tregua posible y de una relajación defensiva, los locales volvieron a ponerse por delante. Dorrio lanzó la carrera hasta llevar a la extenuación a un José Ángel incapaz de seguirle el ritmo. Ganó línea de fondo y la centró atrás para ver cómo los de casa volvían a ganar la disputa entre rebotes. Roque Mesa frenó el primer intento, y Fran Villalba y Pascanu no pudieron con el segundo, el de Morci, quien casi cayéndose la cruzó para dejar clavado a Yáñez.

Miguel Ángel Ramírez movió el banquillo para iniciar la segunda parte. Hassan, Guille Rosas y Varane, por Gaspar, Pascanu y Roque Mesa. Músculo y profundidad en busca de la remontada. La primera oportunidad llegó con un disparo de falta de Otero espectacularmente atajado por Magunagoitia. Le siguió un saque de esquina finalizado con gol de Nacho Martín en segunda jugada. Terminó anulado por fuera de juego previo de Insua.

Empezó a abrirse, por momentos, el partido, para fortuna de un Sporting más incisivo. También más nervioso y cada vez más impreciso. Una entrega comprometida de Nacho Martín y un resbalón de Cote casi cuesta el tercero. El escenario estaba para la sentencia a la contra de los locales, o para el acierto en el área de un conjunto gijonés reñido consigo mismo cuando alcanzaba el último tercio. La reacción de los primeros minutos de la segunda mitad empezaba a diluirse pese a la movilidad de Varane y la marcha más puesta en la derecha por Guille Rosas. Ambos contagiaron la esperanza de volver a meterse en el partido. 

Un cabezazo de Djuka muy desviado dio paso a la sustitución del internacional montenegrino por Mario. Agotaba los cambios el Sporting a falta de veinte minutos. Seguían sin aparecer las ideas y las ocasiones. Guille y José Ángel, con un nuevo remate con la diestra, cocinaron el siguiente acercamiento ante un Amorebieta cómodo viviendo en su propio campo. Tuvo el empate Insua en un saque de esquina en la que pudo fusilar al meta local, pero acabó estampando el remate en el cuerpo de Magunagoitia. La puntilla llegó con el tiempo cumplido. Edwards mandó un zapatazo inapelable para hacer más visible la incapacidad del Sporting de salir del túnel en el que se está convirtiendo jugar lejos de El Molinón.

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