Segunda División | Los equipos asturianos

Los Ablanedo cierran el círculo: Pablo triunfa en el Caudal despúes de que sus tíos, los mierenses José Luis y Juan Carlos, hicieran historia en el Sporting

El "Gatu" creció admirado por las paradas de Adauto Iglesias, guardameta caudalista que jugó en el Madrid, hermano de la madre de los exrojiblancos

Por la izquierda, Juan Carlos, Pablo y José Luis Ablanedo, ayer, en la redacción de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón.

Por la izquierda, Juan Carlos, Pablo y José Luis Ablanedo, ayer, en la redacción de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. / Luisma Murias

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Hablar de los Ablanedo es hacerlo de los mejores años del Sporting para orgullo de concejos como el de Mieres. Allí nacieron José Luis y Juan Carlos, hermanos que marcaron una época de rojiblanco. Allí golea ahora, a pares, Pablo Ablanedo. Hijo de Julio Ablanedo, primo de los exjugadores del Sporting, Pablo les considera "mis tíos". Él se ha encargado de hacer posible lo que ellos no pudieron cumplir en sus exitosas carreras: ver a un Ablanedo volver a Mieres para vestir la camiseta del Caudal.

"Tiene un valor sentimental importante para la familia que Pablo esté ahora en el Caudal", dicen José Luis, quien debutó el Sporting en un partido de Copa ante el Turón disputado precisamente en el Hermanos Antuña, y Juan Carlos. Nacieron en Mieres pero se mudaron pronto, "con dos o tres años", primero a Avilés y poco después, a Gijón, donde la familia se instaló definitivamente. Lo del balón siempre les tiró, pero lo curioso es que ambos crecieron admirando el talento de un futbolista surgido del Caudal, su tío, Adauto Iglesias. "Era portero. De allí fichó por el Madrid y después jugó también en el Celta de Vigo antes de terminar su carrera en Australia, en el Apia de Sídney", detalla el "Gatu". Pablo escucha con los ojos muy abiertos. "No me enteré de eso hasta después de fichar", cuenta sobre su reciente incorporación al Caudal, al que llegó el pasado mes de enero, acabándose de empapar de todo lo que suponía allí su apellido. Hay más giros enrevesados en esta historia. Pablo, formado en la cantera del colegio Inmaculada, estuvo a las puertas de fichar por el Sporting en juveniles. "Me tuvieron a prueba durante varios meses, pero finalmente me descartaron y acabé jugando los dos últimos años de juvenil en el División de Honor del Roces", explica.

"Sabe colocarse, es rápido, juega bien la pelota. Es uno de esos centrales modernos", cuentan José Luis y Juan Carlos de las cualidades de Pablo, quien al iniciar la carrera acabó convirtiendo el fútbol en su trampolín para una envidiable formación universitaria. Tras disfrutar de una beca "Erasmus" en Holanda, consiguió una beca deportiva en Estados Unidos. Allí completó la carrera de Business Managament y Sociología el pasado mes de diciembre. A sus 23 años, tiene previsto volver a cruzar el charco en agosto para regresar a Rhode Island, donde realizará un máster. Su estancia en el Caudal, por tanto, se pactó para solo unos meses. Los está aprovechando al máximo. La pasada jornada hizo dos de los tantos con los que el conjunto mierense se impuso al Titánico (2-3).

"No solo admiro de ellos su trayectoria como futbolistas, también que consiguieran sacar un título universitario siendo futbolistas profesionales", dice Pablo de sus tíos (José Luis, ingeniero técnico industrial, y Juan Carlos, licenciado en Derecho), a quienes solo ha podido ver jugar en vídeo. El pequeño de los Ablanedo nació dos años después de la retirada del último en colgar las botas, Juan Carlos. De la charla surge un pacto. "No han podido ir a verme todavía al Hermanos Antuña, así que...", avisa Pablo. Responden dos de los mejores futbolistas salidos de Mieres: "Cuenta con ello".

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