Segunda División | El ambiente

Triunfo por Cundi y Alejandro: así se vivió el partido del Sporting en El Molinón

El Sporting vuelve a levantar a la grada en el día del cumpleaños de "Facultades" y de la visita al campo del jugador del Condal fallecido este año

Cundi, en el centro, junto a su familia ayer, en la Laboral.

Cundi, en el centro, junto a su familia ayer, en la Laboral. / David Cabo

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Hacía falta y se notó. La victoria del Sporting respondió a la entrega de un Molinón que volvió a ser el que gana partidos. Aunque hubo momentos de duda y los decibelios tardaron en agudizarse, el público se reconcilió con el equipo en el día de dos homenajes. En el verde, el club invitó a vivir el partido a los compañeros de Alejandro Padín, el joven jugador del Condal fallecido este año víctima del cáncer. Portaron una pancarta en su recuerdo. En redes sociales, la entidad rojiblanca recordó el cumpleaños de "Facultades" Cundi, quien vivió su 69 aniversario junto a su familia y rematando el día en el concierto de Mina Longo y Falete en la Laboral.

La previa se inició con el autocar del Sporting enfilando la calle Luis Adaro entre una marabunta rojiblanca. El primer paso, cumplido. El Molinón entendió la llamada. La misma interpretada desde el piano de Sofía Campo, situado en el centro del campo para iniciar el Gijón del Alma y aclarar gargantas minutos antes de ver rodar el balón. Sol, buen tiempo y la atmósfera perfecta para ver al Sporting ganar. En el césped, siguiendo el calentamiento antes de ocupar butaca en el palco, David Guerra, presidente ejecutivo, y Gerardo García, director de gestión deportiva. Todo parecía listo para cumplir con el plan previsto.

Los jugadores del Condal, con la pancarta dedicada a Alejandro Padín.

Los jugadores del Condal, con la pancarta dedicada a Alejandro Padín. / RSG

Tardó algo más de media hora en llegar el gol y lo hizo para acabar de engrasar la maquinaria. El autor, además, uno de los futbolistas que parecía en entredicho tras su flamante incorporación en enero. Mario González, como ya hizo en Miranda, vio puerta y sacó las pistolas. Primera titularidad en casa y primer gol en el municipal gijonés del delantero burgalés. La dedicatoria volvió a contar con mirada al cielo. Su padre, Mario, fallecido, puede estar orgulloso de la remontada que está protagonizando.

Para remontada, la de Gio Zarfino. Catorce meses lesionado y más querido que nunca. El uruguayo saltó a calentar y el fondo sur ya le recibió entre calurosos cánticos. Del "u-ru-gua-yo", al "Gio Zarfino" en melodía de canción utilizada ya con varios de los grandes de la historia rojiblanca. No acabó ahí. Cuando Ramírez le llamó para saltar al campo, la grada se llenó de aplausos. Una vez saltó al terreno de juego, relevando a Nacho Méndez, aquello ya tornó en cerrada ovación. Cómo estaría la grada que hasta la amarilla vista por Miguel Ángel Ramírez en los minutos finales desembocó una bronca monumental sobre el árbitro. El canario, de vivir en eterno debate entre los clásicos, a defendido con uñas y dientes. Tocó sufrir, pero con los silbidos de la afición a cada posesión rival todo pareció más fácil para el Sporting. Y tras el pitido final, una llamada por megafonía, la del "¿Quién le dio mi número al alcohol?". El mejor Molinón está de vuelta.

Suscríbete para seguir leyendo