Oviedo, L. Á. VEGA

Un mierense de 76 años, Manuel O. L., se enfrenta a una condena de tres años de cárcel como presunto autor de un delito de abusos sexuales del que fue víctima una niña de 10 años, hija de sus caseros. El hombre no sólo manoseo a la menor, sino que se masturbó en su presencia. A la niña le ha quedado como secuela un cuadro de dolor abdominal recurrente, de posible origen psicosomático.

El septuagenario vivía desde hacía años en casa de la familia de la menor. Pagaba cierta cantidad de dinero a cambio de alojamiento y manutención. Cierto día de junio de 2008, según consta en el escrito de acusación, el hombre se quedó a solas con la niña. Se introdujo en la habitación de la menor y le pidió que se quitase la ropa. La niña se negó, pero el hombre fue más allá, según consta en la denuncia. Primero la besó en la espalda y más tarde restregó sus órganos genitales por la espalda y las piernas de la menor. Acto seguido, se masturbó en presencia de la niña. Posteriormente, la menor refirió lo ocurrido a su familia, que denunció.

A consecuencia de estos abusos, la niña sufre, actualmente, síntomas de estrés postraumático, por el que recibe tratamiento psicológico. A raíz de los hechos, la menor tuvo que ser hospitalizada durante ocho días.

Aparte de los tres años de prisión, el fiscal solicita que se prohíba al septuagenario acudir a Mieres, salvo a su barrio, por espacio de ocho años. También pide que no pueda acercarse a menos de 200 metros de la niña por el mismo período de tiempo.

Finalmente, el fiscal solicita una indemnización para la niña de 30.560 euros, 560 de ellos por la hospitalización y 30.000 por los daños morales sufridos por la menor. El juicio será a puerta cerrada y contará con el testimonio de la niña, que declarará por videoconferencia.

El acusado era una persona muy cercana a la familia, ya que convivía con ella desde hacía años.

En junio de 2008, aprovechando la ausencia de adultos en la casa, el hombre entró en la habitación de la pequeña. Allí la besó y manoseó, para luego masturbarse en su presencia.

La menor sufre secuelas psicológicas a consecuencia de este ataque, que la obligó a ser hospitalizada durante ocho días.

El fiscal pide tres años de cárcel, 30.560 euros de indemnización y alejamiento durante ocho años.